Una topografía de los escombros del fujimorismo.,La sentencia que anteayer confirmó la prisión preventiva por 36 meses para Keiko Fujimori tiene implicancias políticas relevantes, la más importante de las cuales es la relación entre ella y Fuerza Popular. Desde que hace dos meses Keiko Fujimori fue internada en el penal, FP es un pollo sin cabeza corriendo frenéticamente y sin las órdenes de Pier Figari y Ana Herz, pero en las últimas semanas hay intentos por organizar el colapso, los cuales, sin embargo, no van en la misma dirección. Más allá del distanciamiento definitivo de la guardia vieja –Alberto Fujimori, Alejandro Aguinaga, Luisa María Cuculiza– y del nuevo partido Cambio 21 liderado a larga distancia y sin entusiasmo por Kenji Fujimori, quien mientras su padre no esté en la Diroes no le interesa mucho la política, el enfrentamiento abierto está ahora dentro de FP con dos sectores distinguibles por su relación con el gobierno del presidente Martín Vizcarra. Uno es liderado por Daniel Salaverry, quien luego de ser un soldado de Keiko Fujimori y uno de los más agresivos frente a los gobiernos de Pedro Pablo Kuczynski y Vizcarra, ahora promueve una coordinación fluida con el ejecutivo, y critica al estilo achorado de FP (del cual fue parte). El otro es el sector duro que quiere seguir en actitud agresiva frente al ejecutivo, siendo uno de sus rostros visibles el de Rosa Bartra, cuyo achoramiento también lo encaja contra Salaverry, a quien le ha sugerido de un modo grosero que no ejerza la presidencia del congreso con rodilleras. ¿Dónde está Keiko Fujimori en esta trifulca? En la cárcel, con todo lo que eso implica. Ante el planteamiento del presidente Vizcarra sobre la fiscalía, ella planteó un respaldo de su bancada: “Es necesario iniciar una reforma integral de una institución que es fundamental para una correcta administración de justicia. Es por eso que invoco a Fuerza Popular a apoyar y priorizar la declaratoria de emergencia del Ministerio Público de forma inmediata”. Pero en su bancada ya casi nadie le hace caso. Ese derroche de ‘inteligencia’ que es Karina Beteta acaba de decir que la de Keiko Fujimori “es solo una opinión más”, mientras Bartra, Miki Torres y el combo duro de los naranjas anuncian que rechazarán la iniciativa de Vizcarra que fue apoyada por su jefa. ¿Su jefa? Uhm... Lo más probable es que Keiko Fujimori, al igual que su hermano y su padre, hayan tirado la toalla en la política, y que ahora ella solo esté interesada en salir de la cárcel, mientras su bancada solo está preocupada de no perder su curul.