El papel clave de la inversión en la lucha anticorrupción. ,Algunos comentarios desatinados no deberían impedir el reconocimiento de que la anticorrupción está en la agenda empresarial y que hay propuestas interesantes que merecen ser apoyadas para que se concreten en vez de quedar, como suele ocurrir en muchos ámbitos, en el discurso para la tribuna de turno. Un comentario hecho el miércoles en la CADE que no cayó bien fue el del presidente del BCR Julio Velarde cuando dijo que la lucha anticorrupción no afectaba la economía, lo cual fue interpretado por algunos como poco interés por esta lacra. El propio Velarde precisó ayer que, aunque la anticorrupción no estaba afectando a la economía peruana este año, “hay mil estudios en los últimos 50 años de cómo la corrupción es perjudicial para el bienestar y el crecimiento económico”. Hubo otro comentario que tampoco cayó bien en el contexto de la gran corrupción destapada en el país. Fue del presidente de Confiep Roque Benavides a propósito de la investigación de la fiscalía por el aporte de Odebrecht a Confiep para una campaña publicitaria durante la elección 2011 que el gremio defiende que fue a favor de la inversión privada frente a los planteamientos estatistas del Partido Nacionalista, pero que tenía, seguro por eso mismo, un obvio tono a favor de la candidatura de Keiko Fujimori frente a la de Ollanta Humala. En todo caso, Confiep no ocultó el aporte y lo hizo de manera transparente, pero es una exageración de Benavides decir que “no seamos ingenuos, hay una campaña de destrucción del sector privado, acá hay una persecución porque hemos dado todas las cifras que se nos han pedido”. Lo que ocurre es que la sociedad espera una autocrítica contundente de todos los sectores de alguna manera involucrados con la corrupción, como, por ejemplo, lo hizo hace poco el presidente del Poder Judicial Víctor Prado sobre los jueces, así como una respuesta con acciones concretas para enfrentar a esta lacra social. Es por eso que es valiosa la iniciativa anunciada por Óscar Espinosa sobre la Asociación de Empresarios por la Integridad para combatir la corrupción en sus empresas con acciones específicas que ojalá se concreten. Pero, además de acciones concretas, este momento demanda más humildad y menos arrogancia ante una corrupción profunda y donde la inversión tiene un papel por revisar. Hablar de ‘persecución empresarial’ en este contexto es inoportuno y desatinado, especialmente en quien no ha descartado postular a la presidencia de la república en el año 2021.