Una elección municipal y regional con final incierto. ,Lo único cierto en la carrera municipal por Lima Metropolitana es que todo está cambiando a medida que el elector recién va tomando definiciones tras una campaña anodina y de poco interés en la ciudadanía y que, a una semana de la votación, el resultado es bastante incierto. La encuesta de Ipsos publicada ayer –como las de Datum y GfK de los días previos– refleja este movimiento en las preferencias del elector, con una última foto a solo siete días del final de la carrera que señala que hay un triple empate técnico –considerando el margen de error de +-4% de la encuesta– en la punta. Daniel Urresti sigue en alza llegando ahora a 17.3% luego de un debate en el que logró conectar bien con la gente y siguiendo con presentaciones en la prensa y recorridos por la ciudad en donde sobresalen sus planteamientos sobre seguridad, pero la fecha clave para su candidatura –y su futuro personal en todo sentido– ocurrirá este jueves 4 de octubre cuando se dicte sentencia por el caso Bustíos, lo cual puede enviarlo a la cárcel o, si es declarado inocente, acelerar su triunfo electoral. Renzo Reggiardo también está en alza (16.9%), aunque es evidente que su ausencia en el debate del domingo pasado le está pasando factura y que hoy estaría mejor si hubiera participado. Su principal oferta de campaña es, como Urresti, la seguridad ciudadana. La sorpresa en la encuesta de Ipsos la trae Jorge Muñoz de Acción Popular, quien atropella hasta llegar a 14.2% a una semana de la votación gracias a una candidatura bien articulada por parte de alguien que ha demostrado, en dos periodos en Miraflores, tener buenas ideas, así como gran capacidad de manejo eficiente y honesto, lo cual ha podido exhibir mejor desde el debate. La buena noticia, pensando en el destino de Lima, es que el simulacro de voto muestra la caída de Ricardo Belmont hasta llegar a 8%, un verdadero alivio para los ciudadanos de la capital que esperamos soluciones a grandes problemas en vez de un charlatán con síndrome de perseguido y vocación por el agravio. Eso es lo que pasa en Lima Metropolitana, pero es evidente que el próximo domingo se juega bastante más que eso, con una elección de gobiernos regionales y municipales que puede cambiar el mapa político del país con más de una sorpresa. De este modo, a solo siete días de la votación, todo puede pasar, el resultado es incierto, y lo único cierto es que, como en la ópera, esto no se acaba hasta que no canta la gorda.