La memoria nos hace ver los gestos que no hay que repetir, las oportunidades que no supimos aprovechar para ser mejores.,En el festival de dramaturgia Sala de Parto se van a leer dos obras de teatro en las que aparece el personaje de Abimael Guzmán. No para maquillar sus crímenes, sino para mirarnos a través de él. El teatro se está haciendo cargo de la memoria nacional, como ha hecho el teatro de Chile o Argentina años después de sus conflictos. El teatro de memoria no es teatro histórico: no busca ilustrar el pasado, sino ofrecer una mirada al pasado desde hoy, porque comprende que en él hay información preciosa acerca de nuestro presente. Mis vínculos con los míos, con mis vecinos, conmigo mismo, los encuentro en la historias del pasado. El teatro de memoria delata que las condiciones que permitieron el surgimiento de una guerra pueden seguir existiendo hoy. La memoria nos hace ver los gestos que no hay que repetir, las oportunidades que no supimos aprovechar para ser mejores. Si fuéramos un país que ejerciera y valorara la memoria, nos veríamos reflejados en los venezolanos que llegan huyendo de una crisis. Veríamos en ellos a los millones de peruanos que tuvieron que migrar a Argentina, a Chile, a Japón, a España, a la misma Venezuela; y que encontraron una oportunidad allá. Muchos de esos peruanos regresaron al Perú años después, tuvieron hijos, y esos hijos hoy insultan a los que buscan el abrazo que recibieron sus padres en el extranjero. También en el pasado valientes periodistas fueron perseguidos, como hoy Pedro Salinas, por investigar a los que abusan del poder, pero la verdad siempre terminó abriéndose paso. En el pasado muchas personas se enfrentaron a los sectores más conservadores por luchar por sus derechos, como hacemos hoy las mujeres, y siempre terminaron consiguiéndolos. La memoria nos hace inteligentes, empáticos, lúcidos. Nos permite detectar la mediocridad de los candidatos que se aprovechan del odio y el miedo para ganar votos. Si nos hacemos cargo del pasado, dejaremos de elegir a gobernantes corruptos, mentirosos y cortos de vista. No hay evolución posible sin memoria.