Reacción acertada de Vizcarra y el respaldo que necesitará.,Si el inicio del presidente Martín Vizcarra proyectó la sensación de falta de liderazgo por un sometimiento a Fuerza Popular, el último mes trajo decisiones valiosas para marcar un rumbo basado en principios. Particularmente en la última semana, en la que Vizcarra está respondiendo a la oportunidad compleja del desafío que significa una grave crisis por el destape de una corrupción profunda en el sistema judicial. Al inicio, su gobierno tuvo un comportamiento titubeante que con frecuencia pareció guiarse por una sujeción a FP, pero luego su administración empezó a tomar decisiones discrepantes en asuntos relevantes. Empezando por la defensa de la supervisión de la SBS de las cooperativas de ahorro y crédito; siguiendo con la oposición a la ‘ley mordaza’ y planteando una acción de inconstitucionalidad; y culminando en la última semana con una respuesta valiosa a la crisis por el destape de la grave corrupción en el Poder Judicial. Lo curioso es que, en todos estos casos, actuar bien y en base a principios lleva a una discrepancia con las posturas del partido de la señora K. El presidente Vizcarra ha respondido a la crisis de corrupción con decisiones firmes que incluyen, primero, una comisión para plantear una reforma que es valiosa por sus integrantes y por el plazo breve para emitir un reporte sobre un asunto ‘sobrediagnosticado’ pero ‘subimplementado’. Lo que debe ocurrir es que la comisión Wagner emita su informe, que el presidente Vizcarra lo evalúe, lo haga suyo y –si se requiere– lo presente al Congreso para su debate y aprobación con carácter de urgencia. Lo que no debe ocurrir es lo sucedido en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, cuando se conformó una comisión por el destape del caso Moreno cuya recomendación no fue implementada. Ni que el congreso de FP impida la reforma judicial. Vizcarra también ha respondido con acierto al defender al periodismo por los destapes de esta corrupción repugnante frente a los ataques del Congreso y de la Fiscalía, a los que solo les interesa matar al mensajero pero para nada el fondo de la denuncia; así como al cambiar al ministro de Justicia, Salvador Heresi, en una circunstancia en la que, por el futuro de la reforma, es mejor no dejar dudas. El presidente Vizcarra está respondiendo con acierto y liderazgo, pero va a requerir respaldo político y ciudadano porque el enemigo que enfrenta es un monstruo grande que pisa fuerte: Poder Judicial, Fiscalía, CNM, Congreso y políticos aconchabados en el corazón de la corrupción.