Malos indicios de cómo sería Keiko Fujimori de presidenta.,Las declaraciones recientes del gobernador regional de Ica, Fernando Cillóniz, sobre Keiko Fujimori, reflejan que la candidata presidencial de FP tendría serios problemas personales para gobernar pues proyectan a una persona con simpatía por la corrupción y para quien el capricho es el motor de sus decisiones políticas. Sus declaraciones no transmiten la belicosidad de un político herido y con un ánimo de venganza contra Keiko Fujimori sino, simplemente, la respuesta de un empresario metido en política que busca defenderse de los ataques de la cabeza de FP, el partido por el cual llegó a la gobernación regional de Ica, y que, por momentos, no parece entender qué le pasó a la señora amable que una vez conoció. Las declaraciones de Cillóniz son muy preocupantes sobre lo que puede significar un eventual gobierno de Keiko Fujimori, empezando por la tolerancia por actos de corrupción de congresistas de su partido y hasta una vocación por el encubrimiento si se trata de gente que le sirve a su interés. La primera declaración de Cillóniz sobre actos de corrupción de tres integrantes de la bancada de FP ocurrió hace poco más de un mes, lo cual no generó ninguna reacción de Keiko Fujimori sino hasta hace unos días, cuando ella aprovechó un mitin de apoyo a sus candidatos municipales y regionales en Ica para lanzarle dardos envenenados al gobernador actual, solo por los comentarios que este había realizado previamente. Pero más grave aún es el anuncio de Keiko Fujimori de que su candidato a gobernador investigará a Cillóniz –y no a los tres parlamentarios de FP señalados por él–, lo cual constituye una evidencia del uso del poder para la venganza, del mismo modo como hoy utiliza en el congreso comisiones como las de lava jato o ética. Asimismo, la revelación de Cillóniz de que la relación con Keiko Fujimori fue fluida hasta que ella perdió la elección, y que desde el día siguiente la relación se cortó sin previo aviso, y no se reanudó, refleja varias características muy preocupantes para gobernar. Desde una inestabilidad emocional hasta la mezquindad de solo estar interesada en sacar adelante las políticas públicas si ella está en Palacio. Yesenia Ponce tenía razón. Reforzando la gravedad de lo anterior, está la explicación hecha por la congresista de FP Karla Schaefer sobre el eventual motivo del corte de esta relación: es que Cillóniz era amigo de Pedro Pablo Kuczynski. Este comportamiento refleja no solo egoísmo en el ejercicio del poder, sino hasta una inestabilidad emocional que es muy preocupante en quien quiere ser presidenta del Perú.