El riesgo de querer ganar la elección 2021 como sea.,El destrozo institucional que está realizando la bancada de Keiko Fujimori (KF), muy al estilo de la práctica montesinista del gobierno de su padre, se explica por su intención de, al costo que sea, limpiar la cancha para, como sea, ganar la elección 2021 que le fue esquiva en 2016 y 2011. Lo hace porque parte de un diagnóstico errado pero que es el que guía las recomendaciones del equipo político íntimo de KF: ella no perdió por sus errores y porque un sector relevante de la ciudadanía rechaza un retorno a los años noventa, sino porque le robaron la elección. Eso le hace creer su equipo más cercano –Ana Vega, Pier Figari, José Chlimper– para salvar el pescuezo porque al mismo se le atribuye la responsabilidad de la derrota 2016. En consecuencia, FP pretende eliminar aquellos factores que, en su errada interpretación, le hicieron perder a KF la elección 2016. Esto incluye, primero, despedir a Pedro Pablo Kuczynski y reemplazarlo por Martín Vizcarra en una condición de presidente sumiso que haga todo lo que FP diga. Según los fujimoristas, por ejemplo, la decisión de que la policía y el ejército cuidara las calles el día de la elección 2016 impidió el triunfo de KF, algo que es una tontería insostenible. Segundo, controlar el congreso para dar leyes que le convengan a KF. Por ejemplo, sacar de la carrera a Julio Guzmán y Verónika Mendoza. Por eso buscan recuperar la mayoría expulsando a quienes no se alineen. Tercero, amenazar a la prensa para asegurar que los contenidos y los equipos periodísticos de los principales medios sean afines al objetivo electoral de KF. Ella cree que la prensa también explicó su derrota. Cuarto, en línea con lo anterior, montar –con fondos públicos, desde el congreso– una maquinaria de demolición de personas incómodas para sus objetivos políticos. Quinto, asegurar el control de los organismos electorales como está ocurriendo en la ONPE. Son solo cinco expresiones de una acción política de FP cuyo único objetivo en este quinquenio es hacer todo lo que requiera –legal o ilegal– para minimizar la posibilidad de una nueva derrota. El único problema que no están considerando, por una ambición insaciable que los ciega, es que, al paso que van, no van a tener los votos suficientes para ganar la elección pues Keiko Fujimori demuestra cada día que pasa que entre ella y Vladimiro Montesinos hay pocas diferencias, algo que, felizmente, asquea a un sector decisivo en una votación.