Es interesante cómo grandes estudios han apostado por la animación para contar fantásticas historias y duras realidades.,Mañana se despliega la alfombra roja para una nueva edición de los Óscar. Por supuesto, me hubiese gustado que al menos una cinta animada japonesa, particularmente Una voz silenciosa, quedase entre las nominadas, pero bueno… Entre las candidatas de este año, la gran favorita a llevarse la estatuilla es Coco por su historia protagonizada por Miguel Rivera, un niño que aspira a ser un músico y que lucha contra la restricción de su familia con todo lo relacionado a la música. En tiempos de Donald Trump, esta película inspirada en el Día de los muertos, una festividad de México, también nos presenta el valor de la familia, el respeto a la vida y la muerte, así como varios guiños a la cultura mexicana. Coco es el decimonoveno largometraje animado producido por Pixar. De los cuales, contando sus coproducciones con Walt Disney Pictures, solo ocho (Buscando a Nemo, Los increíbles, Ratatouille, WALL-E, Up, Toy Story 3, Valiente e Intensa Mente) consiguieron ganar el premio de la academia desde que se creó la categoría Mejor película animada en 2001. En estos 17 años, es interesante cómo grandes estudios han apostado por la animación para contar fantásticas historias y duras realidades, como es el caso de The Breadwinner, nominada en la actual edición de los Óscar y que retrata las injusticias que se vive en el Medio Oriente. Eso sí, de ganar The Breadwinner en esta categoría, se convertiría en la segunda película, junto a El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki, ganadora del Óscar en 2002, en presentar técnicas de ilustración y animación tradicionales a diferencia del resto de ganadoras que fueron producidas íntegramente con gráficos generados por computador.