Gobierno de Donald Trump utilizaría US$150 mil millones para deportar más inmigrantes de Estados Unidos
La Cámara de Representantes aprueba un paquete de US$150 mil millones para la agenda de Donald Trump en inmigración, buscando acelerar las deportaciones y reforzar la frontera de Estados Unidos.
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Un nuevo paquete de impuestos y gastos propuesto por los republicanos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos asignaría una cantidad considerable de fondos para la aplicación de la ley de inmigración. Esta iniciativa busca una escalada en la magnitud y la rapidez de la agenda de deportaciones masivas que impulsa el presidente Donald Trump. La medida, que ya recibió la aprobación de la Cámara en una votación que siguió las líneas partidistas, destinaría más de 150 mil millones de dólares adicionales en un lapso de cinco años a los programas de frontera e inmigración de la administración de Donald Trump.
Dentro de esta asignación, más de 51 mil millones de dólares se destinarían a la edificación y mejora de barreras e infraestructuras fronterizas. Adicionalmente, 59 mil millones de dólares se canalizarían hacia la detención y el transporte de inmigrantes. La mayor parte de este financiamiento se dirigiría al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), una entidad cuyo presupuesto anual ya sobrepasa los 100 mil millones de dólares. La administración de Donald Trump ha establecido la aplicación de la ley migratoria como una de sus prioridades principales desde sus primeros meses en el cargo.
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Expansión de personal y centros de detención en Estados Unidos
Los funcionarios de la administración prevén que esta inyección de capital ayude a superar los obstáculos existentes, mediante una expansión considerable de la plantilla de personal y de la capacidad de detención del DHS. Las autoridades señalaron que el paquete aprobado por la Cámara permitiría a la administración sumar 10.000 agentes de Immigration and Customs Enforcement (ICE) y 8.500 funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Además, se proyecta un aumento en el número de camas de detención, pasando de 41.000 a 100.000, una expansión significativa que reconfiguraría la infraestructura existente.
El proyecto de ley ahora debe pasar por el Senado, donde enfrenta diversos desafíos. Si bien los republicanos del Senado apoyan un aumento en los recursos destinados a la aplicación de la ley de inmigración, algunos han manifestado inquietudes. Entre estas preocupaciones se encuentra la posibilidad de que una cantidad excesiva de fondos se asigne a la barrera fronteriza, así como a otros aspectos del proyecto de ley que no se relacionan directamente con la inmigración. Se anticipa que buscarán introducir modificaciones importantes al paquete, lo que requerirá un proceso de negociación con la Cámara de Representantes.
Desafíos operativos y proyecciones de las deportaciones de inmigrantes de Estados Unidos
Tom Homan, quien ejerce como zar de la frontera de la Casa Blanca, celebró los aumentos presupuestarios relacionados con la inmigración en una publicación en redes sociales. Afirmó que el plan de gastos proporcionaría mejoras en tecnología e infraestructura, y contribuiría a que la administración se enfoque en delincuentes violentos, incluyendo a los carteles de drogas. Homan instó al Senado a respaldar el proyecto de ley de la Cámara, enfatizando que la seguridad fronteriza "no debe ser un asunto partidista", promoviendo una resolución expedita.
Analistas especializados en inmigración y exfuncionarios del DHS concuerdan en que el incremento de recursos probablemente contribuya de manera significativa a acelerar las deportaciones. Sin embargo, también advierten que la contratación y capacitación de miles de nuevos empleados, incluyendo agentes de ICE y oficiales de la Patrulla Fronteriza, así como la construcción de centros de detención adicionales, podría extenderse por varios meses o incluso años, lo que representaría un impedimento para los ambiciosos objetivos de Donald Trump. También mencionan que la administración seguirá enfrentando dificultades en las negociaciones con otros países para que acepten vuelos de repatriación de deportados. Este desafío ha impulsado a las autoridades federales a buscar alianzas con gobiernos extranjeros dispuestos a recibir a migrantes que no poseen la ciudadanía americana de esos países.
Reacciones y análisis del impacto en la comunidad de Estados Unidos
Theresa Cardinal Brown, exfuncionaria del DHS y académica en la Facultad de Derecho de Cornell, explicó que, si el objetivo final es deportar a más personas, es indispensable reforzar todas las áreas del sistema. Comentó que, aunque se pueden obtener contratos con relativa rapidez para la mayoría de las necesidades, la contratación de personal para el servicio gubernamental y su correspondiente autorización requiere un tiempo considerable.
La administración de Donald Trump prometió implementar la "operación de deportación doméstica más grande en la historia de Estados Unidos". Desde su toma de posesión, se ha desplegado a miles de militares en la frontera, se establecieron cuotas de arresto para los agentes de ICE, se restableció la detención de familias y se procuró agilizar las deportaciones mediante la invocación de una ley de tiempos de guerra poco utilizada, lo cual ha enfrentado desafíos legales. Se informó que la administración busca deportar a un millón de personas durante su primer año de mandato, una meta que los analistas de inmigración consideran improbable de alcanzar al ritmo actual.
No obstante, los defensores de los derechos de los inmigrantes manifestaron inquietud. Expresaron que el nuevo financiamiento podría permitir a la administración expandir su agenda de deportaciones a niveles que provocarían más interrupciones en las comunidades y eludirían los derechos al debido proceso de los detenidos. Heidi Altman, vicepresidenta de políticas del National Immigration Law Center, señaló que la administración podría interpretar este proyecto de ley como un "cheque en blanco" para expandir sus acciones actuales a una escala impredecible.


















