Ejército colombiano frustra atentado en Catatumbo: hallan campo minado con sistema de activación remota
Tropas del Ejército Nacional localizaron y desactivaron un campo minado en la vereda Versalles, en Tibú, Norte de Santander. Los explosivos estaban listos para ser detonados a distancia y representaban un grave peligro para la población civil y las fuerzas de seguridad.
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En un operativo de alto riesgo, tropas del Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (CONAT), en coordinación con la Segunda División del Ejército Nacional, localizaron y desactivaron un campo minado en la vereda Versalles, zona rural del municipio de Tibú, en el Catatumbo.
El hallazgo Ejército confirmó que el área estaba preparada con un sistema de activación por telemando y contenía ocho cilindros cargados con explosivos, 300 metros de cable dúplex y 16 detonadores eléctricos. Este tipo de dispositivos representa una grave amenaza para la población civil y para los uniformados que operan en la región, afectada por la violencia de los grupos armados ilegales.
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Explosivos diseñados para ser activados a distancia
El brigadier general Gerardo Ortiz, comandante del CONAT, explicó que los explosivos estaban estratégicamente ubicados para causar daño tanto a los habitantes de la zona como a las tropas del Ejército. “En desarrollo de operaciones militares, para salvaguardar la vida de los habitantes de la región, fueron encontrados ocho cilindros de 40 libras (18 kilogramos) cargados con explosivos que hacían parte de esta zona preparada para afectar a la población civil y a nuestros soldados”, afirmó.
Los dispositivos fueron destruidos de manera controlada por el grupo Marte, unidad especializada en la neutralización de explosivos. Sin embargo, las autoridades alertaron sobre la sistemática violación del Derecho Internacional Humanitario (DIH) por parte de los grupos armados que operan en el Catatumbo, quienes continúan utilizando minas antipersona y explosivos para consolidar su control territorial.
Violencia en el Catatumbo: una crisis humanitaria en aumento
El hallazgo del campo minado en las carreteras en Tibú es una evidencia del alto nivel de riesgo que enfrentan las comunidades rurales en el Catatumbo. La región, marcada por la disputa entre disidencias de las FARC y el ELN, ha sido escenario de intensos enfrentamientos por el control de rutas estratégicas para el narcotráfico y otras actividades ilícitas.
De acuerdo con el último informe del Puesto de Mando Unificado, en Norte de Santander se han registrado 53.630 personas desplazadas debido a la violencia de los grupos armados. Esta cifra representa un aumento significativo respecto a los 51.481 desplazados reportados en periodos anteriores. Además, se han contabilizado 60 homicidios y 723 evacuaciones forzadas en la región.
Organismos de derechos humanos han alertado sobre la grave afectación que esta crisis tiene sobre los niños y adolescentes. En los albergues temporales, 3.904 personas se encuentran refugiadas, de las cuales el 38 % son menores de edad, evidenciando el impacto desproporcionado sobre la niñez en estos territorios.
Grupos armados utilizan explosivos para generar terror
El uso de minas antipersona y explosivos en veredas como Versalles es una estrategia recurrente de los grupos armados ilegales para sembrar miedo y desestabilizar a las comunidades. Este tipo de artefactos no solo busca causar daño directo, sino también restringir la movilidad de los habitantes, generando un ambiente de inseguridad constante.
Las autoridades han señalado que los recientes ataques y hallazgos de explosivos en Colombia-Noticias reflejan una intensificación de la violencia en el Catatumbo. Ante esta situación, el Ejército Nacional mantiene la operación Catatumbo, con el objetivo de proteger a la población y neutralizar las amenazas que representan los grupos armados organizados en la región.























