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Científicos hallan en Sudamérica restos de un ave prehistórica que medía 3 metros: aterrorizó la fauna hace 12 millones de años

En Colombia, hallan fósiles de un ave depredadora de hasta 3 metros, antes solo se encontraron en Argentina y Uruguay. Este descubrimiento indica que habitó más regiones y dominó ecosistemas sudamericanos.


El "ave del terror" fue un depredador formidable que dominó los ecosistemas sudamericanos durante millones de años. Foto: composición LR
El "ave del terror" fue un depredador formidable que dominó los ecosistemas sudamericanos durante millones de años. Foto: composición LR

El hallazgo de un fósil en el desierto de la Tatacoa, Colombia, ha sorprendido a la comunidad científica. Se trata de un hueso perteneciente a un Phorusrhacid, un grupo de aves carnívoras gigantes conocidas como "aves del terror". Estas criaturas, que no podían volar, se caracterizaban por su velocidad y ferocidad al cazar. Lo más relevante del descubrimiento es que el espécimen encontrado podría ser el más grande de su tipo, superando hasta en un 20% a los ejemplares previamente registrados.

Este fósil no solo aporta datos sobre el tamaño de estos depredadores, sino que también amplía la comprensión sobre su distribución geográfica. Hasta ahora, la mayoría de los restos de estas aves se habían encontrado en Argentina y Uruguay, pero este hallazgo en Colombia sugiere que los Phorusrhacidae habitaron un rango más extenso del continente, adaptándose a climas tropicales y variando su comportamiento según el ecosistema.

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El descubrimiento en el desierto de Colombia

El fósil fue descubierto en el desierto de la Tatacoa, una de las zonas más ricas en restos paleontológicos de Sudamérica. Este hueso, correspondiente al extremo de un tibiotarso izquierdo, fue encontrado hace casi dos décadas por César Augusto Perdomo, conservador del Museo La Tormenta. Sin embargo, su verdadera identidad no fue reconocida hasta 2023, cuando un equipo de investigadores de Argentina, Colombia, Perú y Estados Unidos realizó un análisis detallado.

Los científicos utilizaron tecnología avanzada para examinar el fósil. En enero de 2024, un escáner portátil de la Johns Hopkins Medicine permitió generar un modelo tridimensional del hueso, lo que confirmó que pertenecía a un Phorusrhacid. Además, el estudio reveló que la superficie del fósil tenía marcas de mordeduras que podrían haber sido hechas por un Purussaurus, un caimán extinto que llegó a medir hasta 9 metros de largo. Este detalle sugiere que, pese a su imponente tamaño, estas aves no estaban exentas de ser presas de otros grandes depredadores de la época.

El descubrimiento es crucial porque es el registro más septentrional de un Phorusrhacid en Sudamérica. Esto indica que estas aves no solo habitaron regiones templadas, sino que también lograron sobrevivir en entornos tropicales. Su capacidad para adaptarse a distintos ecosistemas demuestra que eran cazadores versátiles y altamente eficientes.

Un vistazo al ecosistema del Mioceno

Hace 12 millones de años, la zona donde hoy se encuentra el árido desierto de la Tatacoa era completamente distinta. En el Mioceno, este territorio estaba cubierto por densos bosques y atravesado por ríos caudalosos, lo que permitía la existencia de una fauna diversa. Entre los habitantes de esta región se encontraban primates, grandes mamíferos con pezuñas, perezosos gigantes y gliptodontes, unos parientes de los armadillos que podían alcanzar el tamaño de un automóvil.

Las 'aves del terror' dominaban este ecosistema, ocupando el nicho de depredadores terrestres en ausencia de grandes mamíferos carnívoros. Sus largas patas, adaptadas para la velocidad, les permitían alcanzar rápidamente a sus presas. Además, su afilado pico, similar al de un águila pero de mayor tamaño, era una herramienta letal para desgarrar carne.

Este fósil es el primero de su tipo encontrado en la Tatacoa, lo que sugiere que estos depredadores no eran abundantes en la región. A pesar de ello, su presencia confirma que el ecosistema del norte de Sudamérica estaba interconectado con el de otras regiones del continente.

En la actualidad, la seriema, un ave sudamericana que puede medir hasta un metro de altura, es considerada el pariente más cercano de los Phorusrhacidae. Sin embargo, a diferencia de sus temibles antepasados, la seriema es un animal de hábitos más tranquilos, aunque conserva ciertas habilidades depredadoras.