Exempleado de telecomunicaciones irá 4 años a prisión en Estados Unidos tras admitir que fue un agente chino
Li, de 59 años, reconoció haber proporcionado información sobre disidentes y miembros de Falun Gong a las autoridades chinas desde 2012, obteniendo datos sensibles en su trabajo.
Un ex empleado de telecomunicaciones estadounidense, Ping Li, fue condenado a cuatro años de prisión por actuar como agente no registrado del gobierno chino. Li, de 59 años, admitió haber proporcionado información sobre disidentes y miembros de Falun Gong a las autoridades chinas.
La sentencia fue emitida por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que también impuso una multa de 250.000 dólares y tres años de libertad supervisada. Li, quien emigró desde China a Estados Unidos, trabajó para una importante empresa de telecomunicaciones y una firma internacional de tecnología, donde facilitó información sensible al Ministerio de seguridad del Estado de China.
"Al menos desde 2012, (Li) sirvió como contacto cooperativo trabajando bajo la dirección de oficiales del MSS para obtener información de interés para el gobierno (chino)", dijo el Departamento de Justicia.
Ping Li, un agente no registrado de China
Ping Li, residente de Wesley Chapel, Florida, admitió en un acuerdo de culpabilidad que actuó como agente no registrado del régimen de China. Desde 2012, trabajó bajo la dirección de oficiales del Ministerio de seguridad del Estado (MSS) de China, obteniendo información de interés para el gobierno.
Esta información incluía datos sobre disidentes, defensores de la democracia y miembros del movimiento religioso Falun Gong, que está prohibido en China. Li utilizó cuentas anónimas en línea para comunicarse con el MSS y viajó a la República Popular de China para reunirse con sus contactos. Además, proporcionó información corporativa y personal sobre individuos que residen en Estados Unidos.
¿De qué se trata el movimiento Falun Gong?
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es un movimiento espiritual que surgió en China en la década de 1990. Desde su prohibición en 1999, el régimen chino persiguió a sus seguidores, considerándolos una amenaza a la estabilidad del país. La represión llevó a miles de arrestos y a la violación de derechos humanos, lo que atrajo la atención internacional.
El interés del gobierno chino en Falun Gong se debe a su defensa de ideas que el régimen considera subversivas. En 1999, una manifestación pacífica de 10.000 miembros en Pekín llevó a la prohibición del movimiento, que el gobierno califica de "secta maligna". La información brindada por Li sobre los seguidores de Falun Gong en Estados Unidos es parte de un esfuerzo para monitorear y reprimir a sus opositores.