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Maralyn y Maurice: la pareja que sobrevivió 118 días en medio del mar cazando tiburones para comer

“Rescatados por barco de pesca coreano. Subimos todo a bordo. Parecen sospechar si somos rusos, pero son amables”, escribió ella, quien había perdido 18 kilos con su esposo. Conoce AQUÍ todo lo que tuvieron que hacer para no morir.

El barco estuvo listo cuatro años después de que decidieran construirlo y lo bautizaron como Auralyn. Foto: composición LR / Infobae
El barco estuvo listo cuatro años después de que decidieran construirlo y lo bautizaron como Auralyn. Foto: composición LR / Infobae

Era la mañana del domingo 4 de marzo de 1973. Maralyn y Maurice Bailey, de 31 y 39 años, respectivamente, se encontraban en su barco desayunando en la cabina, que está debajo de la cubierta. Todo parecía tranquilo hasta que sintieron un fuerte golpe que ocasionó la caída de sus muebles. El sol se ocultaba, el agua entraba al barco, se estaban hundiendo en medio del océano Pacífico. Tenían que decidir inmediatamente o morirían ahogados. ¿Qué crees que hizo la pareja?

Un sueño que casi les cuesta la vida

Esta pareja inglesa era fanática de la navegación, por lo que decidieron construir un bote de 10 metros y así dirigirse a Nueva Zelanda, pues querían empezar una nueva vida en el lugar de sus sueños. Vendieron su casa y todo lo que tenían. Con los ahorros pudieron ir pagándoles a los técnicos. El barco estuvo listo cuatro años después y lo bautizaron como Auralyn.

Una vez terminado, la travesía iniciaría desde Southampton, Inglaterra, en junio de 1972. Estaban muy emocionados de dar la vuelta al mundo. Para causalidad de ellos, Maralyn iba a celebrar sus 32 años en el mar y su deseo iba a ser tener más aventuras.

La primera llegada fue a España, luego a Portugal, hasta llegar a Madeira, un archipiélago al frente de África. Seguidamente, se detuvieron en las Islas Canarias y después tenían que cruzar el Atlántico, lo cual iba a ser una tarea muy difícil. Pese a ello, llegaron al Caribe sin contratiempos. Usualmente, descansaban en los puertos de cada isla; además, enviaban cartas a la madre de Maralyn.

 Los ingleses tenían comida y líquido para unos 20 días. Foto: Infobae<br>

Los ingleses tenían comida y líquido para unos 20 días. Foto: Infobae

En febrero de 1973, la pareja cruzó el canal de Panamá, donde estuvieron dos días y enviarían su última postal. ¿Cuál era el siguiente reto? Lograr pasar las fuertes aguas del océano Pacífico por las islas Galápagos. No pensaron que un animal cambiaría sus planes.

¿Se acuerdan del golpe que recibió el barco de los ingleses? Fue una ballena de 12 metros de largo que estaba ensangrentada y se alejaba mientras el barco se hundía. “Maralyn intenta achicar el agua con una bomba mientras Maurice revisa el daño y trata de taparlo con ropa o almohadones. Imposible frenar la fuerza del mar. El orificio está debajo de la línea de flotación y repararlo será misión imposible. La única opción es inflar el bote, atarlo a la balsa salvavidas, y arrojarse al océano con ellos”, narró Infobae.

 Ambos provenían de Inglaterra y tenían el mismo sueño. Foto: Infobae<br>

Ambos provenían de Inglaterra y tenían el mismo sueño. Foto: Infobae

Mientras Maurice se centraba en ello, Maralyn preparaba los instrumentos necesarios para sobrevivir, como latas de comida, un compás marítimo, un sextante, mapas, etc. Una vez inflado el bote, lo ataron a la balsa salvavidas, tiraron todo adentro y se lanzaron al mar. Metros más allá vieron cómo Auralyn se hundía.

Los ingleses tenían comida y líquido para unos 20 días, pues estaban convencidos de que serían hallados antes.

De acuerdo a las primeras anotaciones de Maralyn, no había barcos a la vista. De todas maneras, la pareja no se rendía e intentaba remar hacia las Islas Galápagos, o al menos eso creían. Después de 3 días confirmaron que no se habían movido. Luego decidieron atar el bote a una gran tortuga para avanzar, pero fue imposible.

Comer animales era una última opción

En el octavo día vieron el primero de los siete barcos que observaron durante todo el tiempo que estuvieron en el mar. Lamentablemente, este no los vio. Pasaban los días y se acababa el alimento. Solo quedaba una opción y era comer animales.

Un día, la pareja se sentó en el borde y observó pasar a un tiburón. Este pasó y de pronto ella lo tomó por su cola y lo metió con fuerza dentro de la balsa. Maurice se asustó, pero fue por un cuchillo y le clavó en el lugar indicado varias veces. El animal no murió hasta que le envolvió la cabeza con una toalla. Pero Maralyn no se conformó y metió a tres más a la balsa. Otros animales que comieron fueron de pájaros y tortugas. Bebían su sangre y comían cruda su carne.

Pasaron 113 días y se estaban rindiendo. Era un sábado 30 de junio de 1973. Maralyn escuchó el sonido de un barco a lo lejos. “‘Escucho a un barco’. Yo pensé que había enloquecido porque decía que lo oía, pero no lo podía ver… pero después lo vimos en el horizonte. Estaba como a tres kilómetros. Nos vieron, el pescador nos vio y llamó al capitán. Creo que no podían creerlo”, contó su esposo.

 Momento del rescate. Foto: Infobae<br>

Momento del rescate. Foto: Infobae

Finalmente, el barco se acercó y pudo rescatar a la pareja, a la que revisaron y dieron vitaminas. “118. Rescatados por barco de pesca coreano. Subimos todo a bordo. Parecen sospechar si somos rusos, pero son amables. Nos dan leche y ropa limpia. Dormimos en el cuarto de ingenieros (…) Comemos huevos, choclo, carne, pan, manteca, leche… Nos dan tabletas de vitaminas + pasta de dientes. Todas nuestras cosas son arrojadas al tanque de pescado”, escribió ella en su diario.

El Weolmi 306 los llevó a Honolulu, Hawái, y cuando se recuperaron fueron a Corea para agradecer a la tripulación de rescate. Sin duda, ellos no hubieran sobrevivido si no trabajaran como equipo. Para terminar con la historia, ambos confesaron que se volvieron vegetarianos. “No he vuelto a comer carne desde aquel hecho en el mar”, confesó Maurice, quien actualmente ya es viudo.