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Jorge Edwards, adiós al escritor grato

Homenaje. El autor chileno, premio Cervantes 1999, falleció a los 91 años de edad, en Madrid. Publicó, entre otros libros, El museo de cera y Persona non grata.


Jorge Edwards fue embajador de la Unesco entre 1994 y 1996. Foto: La República
Jorge Edwards fue embajador de la Unesco entre 1994 y 1996. Foto: La República

Santiago. EFE

El escritor chileno Jorge Edwards, galardonado con el premio Cervantes, y que falleció el viernes –según el diario El País, su hijo estaba afectado de una diabetes– es considerado una de las grandes plumas de la lengua española, sagaz y decidida, que arrancó como afinado cuentista y se transformó con el paso de los años en un novelista reconocido.

Nacido en Santiago de Chile en 1931, estudió en el colegio San Ignacio –donde según denunció en 2012 fue objeto de abusos sexuales por parte de un sacerdote de Cádiz– y se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, aunque sabía que las leyes no eran su verdadera pasión.

Pronto se demostró eso con la aparición en 1952 de su primer libro, El patio, un volumen de cuentos con el que cosechó los primeros aplausos y que lo catapultó hacia la novela.

La primera en aparecer fue El peso de la noche, la historia de una familia de clase media que se adentra en los vericuetos de la decadencia –uno de los temas transversales de su obra– y en la que la política –otra de sus obsesiones– se hace presente de forma sutil, pero muy decidida.

Después le seguirían obras muy aplaudidas como Los convidados de piedra (1978), El museo de cera (1981), El sueño de la historia (2000) y la La casa de Dostoievsky (2008) con las que atravesó fronteras y que lo convirtieron en una de las voces líderes de la llamada “generación del 50” junto con José Donoso, Enrique Lafourcade y Claudio Giaconi. Un grupo de escritores a los que se compara con clásicos de la literatura estadounidense como Walt Whitman, Ernest Hemingway y William Faulkner y que se colocan en la línea narrativa y estética de Leon Tolstoy y Fiodor Dostoievski.

Tenía gusto por lo que sucedía en el interior de las casas frente a la tendencia anterior, de estilo criollo, que se enfocaba en el costumbrismo, lo paisajístico y las tradiciones.

Jorge Edwards: escritor y diplomático

Menos mentada es su faceta de diplomático, carrera a la que se sumó en 1954 y que tuvo su primer gran momento destacado en 1970, durante el inicio del gobierno socialista de Salvador Allende, quien confió en sus dotes para retomar las relaciones con Cuba.

Sin embargo, la afinidad de Edwards con intelectuales de la oposición castrista condujo al líder cubano Fidel Castro a considerarlo persona “non grata”, título que utilizó para encabezar un libro de memorias sobre esos días.

El libro logró el mérito de ser prohibido tanto por el gobierno cubano como por el chileno, además de granjearle la enemistad de las fuerzas políticas de izquierda y creó una gran polémica entre los escritores latinoamericanos.

Amigo de Pablo Neruda, escribió un libro sobre el vate titulado Adiós, poeta: Pablo Neruda y su tiempo (1990) y una novela inspirada en su figura Oh, maligna (2019).

En 1973, poco después del golpe de Estado contra el presidente Allende, que desencadenó la represión militar y la dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet, viajó a Madrid, donde vivió y trabajo durante un lustro.

De vuelta a Chile en 1978, se integró en la Academia Chilena de la Lengua y contribuyó a la fundación del Comité de Defensa de la Libertad de Expresión.

Fue nombrado embajador ante la Unesco (1994-1996). En 2010 fue designado embajador en París por el nuevo gobierno de Sebastián Piñera, político al que Edwards había apoyado públicamente durante la campaña electoral. España le concedió la nacionalidad.