El padre que desarrolla un laboratorio en su casa para intentar salvar a su hijo desahuciado
Xu Wei vive en China. No es químico ni sabe hablar otro idioma, pero eso no le impidió convertirse en técnico de laboratorio y desarrollar un tratamiento con documentos escritos en Inglés.
Su hijo tiene pocas posibilidades de vivir más allá de los tres años, pero, a fin de brindarle un tratamiento que no se encuentra en China, su padre hace todo lo posible, incluso instalar un laboratorio farmacéutico en un apartamento.
No es químico, ya que apenas finalizó el bachillerato y solamente habla chino. No obstante, esto no le impidió a Xu Wei comenzar repentinamente la carrera como técnico de laboratorio y desarrollar un tratamiento partiendo de documentación que encontró en inglés por internet.
“Realmente no tuve tiempo para pensarlo si hacerlo o no. Debía realizarlo”, reveló este treintañero en su laboratorio instalado en un apartamento de un alto edificio en Kunming, ciudad al suroeste de China.
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Con un gesto conmovedor, el bebé sonríe cuando su padre le acaricia la nariz, pero no puede moverse solo y tampoco habla. No obstante, intercambia intensas miradas con su progenitor cuando este le da el biberón.
“Aunque no pueda moverse ni hablar, tiene corazón y emociones”, afirmó Xu Wei.
Bloqueado por la COVID-19
Para ralentizar los síntomas, solo hay un fármaco: histidinato de cobre, que no se encuentra en China y otros países.
La enfermedad del menor afecta a uno cada 100.000 recién nacidos, lo que no justificaría una investigación de laboratorio.
En otras circunstancias, Xu Wei podría haber viajado al exterior para obtener este producto, pero la COVID-19 cerró las fronteras.
Así, el director de una start-up invirtió sus ahorros en costosos aparatos de laboratorio. “Invertí entre 300.000 y 400.000 yuanes (40.000 a 54.000 euros), no sé muy bien”, detalló.
Se instaló en casa de sus padres, y reemplazó el pequeño gimnasio de su progenitor con un arsenal químico. “Pensé que era una broma”, dijo el abuelo, Xu Jianhong. “Era una misión imposible. Él sólo estudió bachillerato”, añadió.
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Una inyección diaria
Tras un mes y medio, Xu Wei logra producir un primer frasco, luego de consultar en internet más de una decena de documentos, sobre todo en inglés, que tradujo mediante un software.
“Temía un accidente, y entonces experimenté con conejos y después me lo inyecté a mí mismo”, precisó el aprendiz de químico.
Serenado, inyecta las primeras dosis al niño para aumentarla paulatinamente. Actualmente, Haoyang recibe una inyección cotidiana que le brinda el cobre que le falta a su organismo. Esta aventura de Xu Wei con su hijo conmovió a los medios e internautas chinos.
“Como médico, esto me da vergüenza. Demuestra que no nos ocupamos de esas familias, tanto el sector farmacéutico como el sistema sanitario”, reconoció Huang Yu, subdirector del Departamento de Genética Médica en la Universidad de Pekín.
El padre no se hace ilusiones sobre las chances de supervivencia del bebé. “El histidinato de cobre solamente alivia los síntomas. No la cura, pero puede frenar el progreso de la enfermedad”, argumentó Xu Wei. Además, añadió que algunos análisis de sangre del niño dieron resultados normales después de dos semanas de haber comenzado el tratamiento.
Algunos expertos afirman que este producto es efectivo solo si se administra durante las tres semanas después del nacimiento.
“El tratamiento puede mejorar algunos síntomas, pero no la curación”, afirmó Annick Toutain, especialista en enfermedades raras en el hospital de Tours (Francia).
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Terapia génica
No conforme con producir su propio tratamiento, Xu Wei se embarca en la terapia génica, que brinda alguna esperanza con el desarrollo de un vector genético experimental.
Su trabajo ha llevado a un laboratorio de biotecnología internacional, VectorBuilder, a comenzar e investigar sobre el síndrome de Menkes, “una enfermedad rara entre las raras”, como lo resume el director científico de la empresa, Bruce Lahn.
“Es la primera vez que nos aventuramos en la investigación de esta enfermedad”, indicó a la AFP. “Fue el coraje de Xu que nos empujó a dar el paso”, agregó.
VectorBuilder prevé experimentar el vector de Xu en monos en pocos meses, y luego hacer pruebas clínicas, “quizás a tiempo” para el pequeño Haoyang. “El tiempo biológico es casi límite” para el bebé, señaló Lahn.
Tras conocer los logro de Xu Wei, otras familias le pidieron su tratamiento. “Les respondo que sería ilegal, que solamente soy responsable de mi hijo”, confesó el padre. Asimismo, añadió que “mis amigos y familiares se mostraban contrarios, decían que era imposible” lograrlo.
“No quiero que espere la muerte con desesperanza. Aunque fracase, quiero que mi hijo tenga esa mínima esperanza”, concluyó.