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“Fui un hombre en el Ejército y me violó otro hombre”: soldado trans revela abusos en EE. UU.

Sophia Narwitz se pronunció tras el caso de la también soldado Vanessa Guillén, quien antes de morir confesó que fue acosada sexualmente por un superior.

"Las denuncias de abuso sexual sistémico se están extendiendo a través del Ejército de EE. UU.", aseguró la escritora y periodista Sophia Narwitz. Foto: difusión
"Las denuncias de abuso sexual sistémico se están extendiendo a través del Ejército de EE. UU.", aseguró la escritora y periodista Sophia Narwitz. Foto: difusión

Sophia Narwitz, soldado transgénero en retiro de Estados Unidos (EE. UU.), reveló una trama de “abusos sexuales sistémicos” en el Ejército de su país tras pronunciarse en medio del escándalo por el caso de Vanessa Guillén.

‘El asesinato de una mujer soldado ha demostrado cuán grave es la violencia sexual en el Ejército estadounidense. Como soldado que fue violado, lo sé’, es el nombre del artículo publicado por Narwitz el jueves 16 de julio en el portal de noticias RT.

Guillén, también soldado, fue asesinada en abril pasado tras haber desaparecido, empero antes de su muerte desveló a su familia que había sido acosada sexualmente por un superior.

El caso de Vanessa Guillén provocó una serie de protestas en Estados Unidos. Foto: AFP

El caso de Vanessa Guillén provocó una serie de protestas en Estados Unidos. Foto: AFP

“Las denuncias de abuso sexual sistémico se están extendiendo a través del Ejército de EE. UU., a medida que los miembros del servicio hablan después de la muerte de Vanessa Guillen. Fui asaltado violentamente, y es hora de que el Ejército se enfrente al escrutinio”, escribió.

Narwitz, de 31 años, relató que antes de cumplir los 20 fue violada por un compañero de clase durante el período de Entrenamiento Individual Avanzado en Fort Meade, estado de Maryland. Sucedió fuera de la base militar en un hotel donde los uniformados se reunían en sus días libres.

"No entraré en los detalles vívidos, pero esa noche fui violada y fue violenta, dolorosa, y me puso en un camino de miedo y vergüenza que resultó en una hospitalización en Walter Reed que duró más de un año", afirmó.

Indicó que la violación la dejó magullada y con cicatrices físicas, entre otras secuelas que la obligaron a acudir a la sala de emergencias tanto fuera de la base como en el hospital castrense.

"Incluso mi violador me dio una ETS. Afortunadamente, era solo clamidia y pude curarla con pastillas. Cuando un médico me preguntó al respecto, negué haber tenido relaciones sexuales. Nunca presionaron el tema. Todas las señales de que había sido violada estaban allí, pero a nadie le importaba preguntar. Era eso, o lo sabían y lo dejaron pasar", criticó.

Narwitz, quien ahora es escritora y periodista, dijo que se sintió intimidada por la cultura del Ejército que, “al menos en ese momento”, menospreciaba a los homosexuales. “Por la falta de una mejor redacción, fui un hombre durante mi tiempo en el Ejército, y fui violado por otro hombre”.

"Hoy tengo 31 años y estoy en un lugar mucho mejor, pero me persigue el hecho de que mi violador camina libre. Me culpo por eso, como probablemente debería, pero el Ejército también se hace cargo de la culpa. En retrospectiva, fui silenciada por una cultura del miedo", resaltó.

Sostuvo que durante su servicio hubo otros casos de violación en la base de Fort Meade y en ese sentido citó un informe de 2019 del Departamento de Defensa de EE. UU. sobre agresión sexual en el Ejército, que entre otras cosas, admite 7.825 informes de agresiones sexuales, solo en 2018.

“El Ejército estadounidense está plagado de abusos sexuales sistémicos, y eso es un problema. Uno que ya es hora de que el mundo encienda una luz”, cerró Narwitz.