España: niño con autismo sale a la calle con su padre y vecinos los insultan
“¡Sinvergüenza!”, le gritaban los vecinos, en medio del pánico por el contagio de coronavirus. Todos ignoraban que el menor necesitaba un momento de respiro.
José Manuel Barbé, de 34 años, es el padre de Adrián, un niño de 9 años que padece de autismo. El menor había pasado 10 días en casa debido a la cuarentena por el coronavirus en España, pero un día necesitó salir. Desde las ventanas, todos los vecinos lo reprochaban, ignorando la condición del pequeño.
La familia vive en la localidad de Leganés en Madrid. Adrián tiene una necesidad tanto física como emocional: estar al aire libre. “Está acostumbrado a salir todos los días. Tiene actividades extraescolares, va a natación y necesita descargar energías. No va a la escuela desde el 10 de marzo y no pisaba la calle desde entonces”, contó el padre del niño a Clarín.
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Además, recalcó que su hijo no habla, por lo que es difícil explicarle la situación de la cuarentena, mientras interrumpen la rutina a la que ya estaba acostumbrado. “Tiene mucha energía que gastar y no tiene dónde ni cómo”.
Venían cumpliendo con las disposiciones del Gobierno con el fin de no propagar el virus; sin embargo, “llegó un momento en el que fue preciso ir a dar una vuelta”, contó José Manuel.
Decidió sacar a su niño a la calle, y Adrián estaba feliz. El padre le había colocado guantes y no le permitía tocar nada. El pequeño lucía extrañado al no ver a nadie en las calles. Caminaron unos minutos hasta que encontraron una pequeña cancha de básquet vacía pero cercada. Allí, Adrián podría relajarse un momento.
Pero en ese momento, los gritos e insultos de los vecinos, alertaron a José Manuel. Él intentaba explicarles, aunque no los conociera, que su hijo tiene autismo y llevaba días encerrado. Nadie lo escuchaba y gritaban más fuerte.
“Me gritaban: ‘Sinvergüenza!’. Yo estaba muy pendiente de mi hijo, que no tocara nada. Es un niño que se mueve mucho y siempre tengo que estar muy pendiente de él. Iba preparado para lo que sucedió. Había pedido un permiso especial a su pediatra para poder salir a la calle”, recuerda José Manuel.
Mientras intentaba calmar la histeria de los vecinos, llegó al policía. Le pidieron sus datos y al comprender la situación, se retiraron. Pero esto provocó mayor indignación en los residentes. “Se esperaban una escena de violencia policial”, dice.
Mientras tanto, Adrián no entendía muy bien la situación. “No le asusta el ruido, le encanta la música, pero es sensible al tono y entiende cuando hay agresividad en el ambiente”, cuenta su papá, quien, al volver a casa, decidió grabar un video contando lo que les había ocurrido y lo subió a su cuenta de Twitter. Más de 6000 personas lo compartieron.
Desde que el video se hizo viral, se contactó con decenas de personas y se han organizado campañas para que los niños que, por necesidades terapéuticas, tengan que incumplir con la cuarentena, puedan hacerlo sin ser reprochados.
“Pienso volver a esa canchita. Lo haremos, más que porque le gustó a Adrián, porque es el sitio más seguro para que él juegue cerca de mi casa”, termina el padre de familia.