Astronauta del Apolo 11 sobre alunizaje: “Las mujeres también pueden hacerlo, incluso mejor” [VIDEOS]

Uno de los eventos más trascendentes y osados de la ciencia fue el despegue del Apolo 11 a la Luna, misión espacial tripulada por los Estados Unidos, el 16 de julio de 1969 a cargo de tres astronautas: Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins.

En el marco del 50 aniversario de tamaña proeza, Collins, de 88 años y cuyo traje espacial permanece dentro del Museo de la Cosmonáutica de Moscú, se refirió a la misión Artemisa de la NASA que contará con mujeres: “Ellas pueden hacer lo mismo que los hombres, incluso hacerlo mejor (...) es la futura hermana de Apolo”, declaró la leyenda viva, según información recabada por ABC Ciencia.

Además, el astronauta consideró que el simple hecho que la mujer vuelva a pisar la Luna es un concepto increíble. La misión se llevará a cabo en 2024, de acuerdo a la administración de Donald Trump, pero falta enfrentar todos los obstáculos políticos que supone destinar 30 000 millones de dólares de presupuesto a la NASA en los próximos cinco años.

Michael Collins expresó todas sus sensaciones en una entrevista realizada exactamente en la plataforma de despegue y recordó los instantes que cambiaron la percepción del hombre respecto al cosmos.

“Comenzó como un experimento. Se tomaron muchos riesgos con la esperanza de conseguir grandes recompensas en ciencia e ingeniería y para mostrar al mundo de lo que el ser humano era capaz”, contó.

Rememorando la hazaña cuyos detalles se describen en todos los libros de Historia Universal, el piloto nacido en Roma y nacionalizado estadounidense confesó haber tenido nervios después del lanzamiento, caso contrario a los preparativos del mismo.

“Todo mi cuerpo temblaba y sentía algo que no había sentido nunca antes, entonces entendí lo que había estado esperando todo ese tiempo. Es un sentimiento que no puedo explicar”, agregó Michael Collins.

Trajo a la memoria a Neil Armstrong y, de igual modo, lo catalogó de “maravilloso e introvertido”. Así disipó los trascendidos sobre las malas relaciones entre los tres encargados de llevar la curiosidad de la especie al único satélite de la Tierra. “Era muy inteligente, sabía cómo llegar a la gente (...) hizo un trabajo superlativo”, indicó.

“Tenía café y música, así que aprendí a disfrutar de la soledad”, finalizó tras explicar su acondicionamiento a la nave.