Nueva generación de Voluntariado Judicial inicia su camino en la Corte de Tumbes
Un grupo de jóvenes inicia hoy su servicio en el Programa de Voluntariado Judicial de la Corte Superior de Justicia de Tumbes, donde aprenderán sobre el funcionamiento de la justicia.

Con entusiasmo y sentido de propósito, un nuevo grupo de jóvenes inicia hoy su servicio en el Programa de Voluntariado Judicial de la Corte Superior de Justicia de Tumbes. No llegan solo a “apoyar”; llegan a aprender en el terreno real cómo funciona la justicia, a conocer sus retos y a poner sus talentos al servicio de la ciudadanía más vulnerable.
Desde su primer día, los voluntarios recorrerán espacios donde la justicia se construye minuto a minuto: despachos, áreas administrativas, audiencias, atención al usuario. Verán cómo un expediente bien tramitado evita demoras, cómo un formulario bien explicado resuelve un problema, y cómo la coordinación honesta y oportuna cambia la experiencia de una persona que busca tutela efectiva. Ese aprendizaje práctico —rigor, ética, trato digno y trabajo en equipo— los formará con estándares que llevarán a cualquier organización donde se desempeñen.
El mensaje central de esta bienvenida es claro: la ética pública no es un tema “adjunto”, es el corazón del servicio. Por ello, el presidente de la Corte Superior de Justicia de Tumbes, Dr. Otto Verapinto Márquez, junto al integrante de la Unidad Funcional de Integridad, Lic. Marcelo La Torre, desarrollaron la conferencia “La Ética en la Función Pública”, un marco indispensable para entender que cada decisión, cada palabra y cada firma tienen impacto real en la vida de las personas. Al término de la jornada, se realiza la entrega de fotocheck y la fotografía protocolar como símbolo de pertenencia y responsabilidad institucional.
El Programa de Voluntariado Judicial abre una puerta que rara vez se ve desde las aulas: la del sistema de justicia en acción. Aquí, los voluntarios no solo adquieren habilidades técnicas (gestión documental, soporte a audiencias, atención al ciudadano), sino competencias humanas decisivas: empatía, comunicación clara, responsabilidad y compromiso con el debido proceso. Aprenderán de magistrados y servidores que entienden el servicio público como una vocación, y descubrirán que la modernización de la justicia también necesita nuevas miradas y energía joven.
Destacamos que esta experiencia es formativa y transformadora: mientras la Corte fortalece su capacidad de atención, los voluntarios se convierten en profesionales más completos y ciudadanos más conscientes. Que esta promoción recuerde siempre el propósito con el que hoy empiezan: acercar la justicia a las personas, con integridad, calidez y excelencia.















