Nicole Zignago: “La tarea de un artista es representar lo que somos”
Entrevista. La cantante, nominada al Grammy, nos habla de su disco y de la necesidad de visibilizar a la comunidad LGTBI con su música.
Nicole Zignago se conecta por Zoom. Ha vivido los últimos años entre México y Estados Unidos, y llegó a Lima para dos conciertos que programó como una pequeña reunión con sus fans. El aforo se agotó. “Lo dejo acá firmado, espero hacer un concierto con la salida del disco”.
—En ‘No quiero olvidarte’ le pones una energía distinta al hablar de desamor, ¿no?
—Sí, soy una melancólica y nostálgica (sonríe). Estaba muy enamorada, no estaba con el corazón roto, pero me acordé de ese sentimiento que tienes al terminar con alguien. Es como una oda a la cicatriz: olvídate de la persona, pero no te olvides de lo que pasó. Quise materializarlo en el video con una relación tóxica de la que no podía salir.
—En ‘Bubble gum’ escribes diferente y, en los comentarios, la comunidad LGTBI te agradece.
—Pero también ha sido una sorpresa muy grande ver que a tanta gente le repele. Mis conclusiones son, claro, hay un hombre cantando reguetón, diciendo cosas muy obscenas y sexualizando a la mujer de una manera específica, visual y agresiva, pero salgo yo hablando de un amor y sexo entre mujeres y a él sí lo pueden poner en la radio y a mí no, ¿sabes?
—O sea, lo condenan, es ‘osadía’.
—“Una mujer tiene deseos sexuales, ¡insólito!” (ríe). Me siento inmensamente privilegiada de crecer en una familia donde no me cuestionaron nada acerca de mi sexualidad, tengo un grupo de amigos y amigas donde me siento celebrada. Pero es necesario romper esa burbuja porque hay gente a la que botan de sus casas, que pierden la vida o que deciden quitarse la vida. Por eso, es necesario hablar de manera libre. Quiero conectar con la gente y que encuentren casa y un lugar seguro en mis canciones.
—En la industria de la música no has tenido esos referentes, ¿no? Hubo, más que todo, sexualización.
—Exacto. Dos mujeres en un video dándose un beso a la gente le interesa, pero cuando se dan cuenta de que sí son lesbianas es como “ya no me gusta”. Se me hace muy loco la hipocresía, ¿no? Hemos avanzado, yo me siento tranquila caminando por la calle de la mano de mi novia, pero toca seguir hablando.
—Sobre la igualdad, México nos lleva ventaja. ¿Pero qué piensas cuando llegas a Perú, donde esto no se debate en el Congreso?
—Creo que es tarea de los y las artistas de esta generación representar lo que somos, de una manera honesta y auténtica. Si te identificas conmigo, seas lo que seas, trépate al tren. Lo hago porque se me hace muy triste pensar que, si el día de mañana elijo casarme con una mujer, no lo pueda hacer en mi país.
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—Decías que estabas alistando el disco de tu vida. También, que podrías cantar salsa. ¿Qué vamos a escuchar?
—Sí, me atrevería a hacer una salsa, con Daniela Darcourt hago lo que sea, pero no sé cómo voy a sonar. Desde que empecé a sacar música me he dado carta libre a experimentar, ha sido un reflejo de crecer, de descubrir, de mudarme, de decir “esta no soy yo”. Y para este disco me tomé el trabajo de construir una historia de arriba a abajo. Pueden esperarse algo muy emocional, refleja felicidad y nostalgia, encasillados en el género pop. Lo he producido para que sea una delicia escucharlo en vivo.
—Cuando diste tu primer concierto, Gian Marco te hablaba de la perseverancia, “que las estrellas se apagan”. ¿Coincides con eso?
—Ah, pero por supuesto. Hace poco me decían “has logrado top viral”. Eso me pasó una vez hace 4 años y no me ha vuelto a pasar. Es un camino de altos y bajos, lo único que queda son tus canciones y tu honestidad.
—¿Cómo cierras el 2023?
—En Perú, con mi familia y me da la base para comenzar el próximo año. Necesito regresar a casa un ratito a recomponerme, a reconectarme. Siento que la frase sería: “en casa y en paz”.