Jorge Milla: “No es solo el tipo de música que haces, es la letra, el discurso total”
Originario de Huacho, el cantautor Jorge Milla habla sobre qué significa “Eje”, su tercer disco, los secretos de su música, su podcast “Hablemos de canciones” y la trágica historia detrás de su primer sencillo, “Yo no quiero verte sufrir”.
Jorge Susanibar Milla tiene 36 años y hace cinco se lanzó con su proyecto solista utilizando su segundo apellido. “Susanibar me quedaba demasiado largo y jalé el Milla que era más corto y rápido de recordar”, explicó en una entrevista para La República. El 4 de marzo estrenó su tercer disco, “Eje”, una mezcla de pop, rock y balada.
Originario de Huacho y de padres separados, Jorge Milla expresa cómo esa situación lo ayudó a descubrir “texturas de música totalmente diferentes”.
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¿Cuáles fueron tus primeras influencias musicales?
Yo viví siempre con mi mamá, Miriam Milla. Ella escuchaba música de Chabuca Granda al mediodía mientras almorzábamos. Para mi abuelo, Marcelo Milla, era La Sonora Matancera, los boleros de Armando Manzanero, todas esas canciones que son muy representativas para América en su historia musical. En casa de mi papá, era más rock: AC/DC, The Beatles, Bee Gees.
Cuando vine a Lima con mi tío Elmer, escuchaba Chacalón, esa cumbia mucho más dura, más pura. En mi generación, las radios de las baladas pop estaban de moda, eran el boom. Ya cuando me metí de lleno en ser cantautor descubrí cosas mucho más sofisticadas dentro de las letras, el sonido, como por ejemplo la trova.
Cuando comencé no pensé que podía dedicarme a hacer canciones o discos. Todo comenzó así, probando.
¿Cómo ha recibido Lima tu música?
En la capital tiene más oportunidades para poder tocar. El público es más abierto hacia la música propia. Para cualquier músico que haga algo propio es bastante difícil. No hay una difusión con la música nueva que se hace y eso es como una cruz que tenemos que descargar.
No es solo el tipo de música que haces, también es la letra y lo que cuentas, el mensaje y el discurso total. Pienso que la canción es una herramienta fundamental para la sociedad.
Todas son tus composiciones. ¿No haces covers?
Yo compongo desde que tenía 17 años. Lo hacía para mí. Siempre me gustó tocar guitarra y a veces mis amigos me decían: “Oye, qué bonito lo que haces”. Es diferente cuando público que no te conoce te dice “tal canción tuya me gusta”.
La mayoría de los caminos para hacer música propia son primero covers. Pero yo no quería hacer eso, yo quería lanzarme con la música que tenía. Al cover tendría que estudiarlo, hacer una versión que no ensucie lo que ya está hecho. El público ya tiene grabado dentro de su ADN tal canción. Ahí hay una complicación en la cual no quiero entrar.
¿Cuál fue la primera canción que escribiste?
Se llama “Yo no quiero verte sufrir”. Ella vivía Lima, yo venía a verla. Éramos dos personas demasiado rebeldes. Ella sufría mucho por problemas que tenia en casa. Entonces, le escribí esa canción, donde musicalmente le estaba diciendo “yo no quiero que sufras”. Luego terminamos. Yo regresé a Huacho, ella se fue a España. Siempre me decía: “Tú vas a ser cantautor”. Lamentablemente, falleció.
Entonces, la canción tomó otra forma cuando se fue. La pasé mal, pero seguí. Tenía 24 años y una veintena de canciones escritas y dije: ¿por qué no las grabo? Grabé una primera canción, “Lo que tú me das”, y la segunda fue la primera que yo escribí para ella, “Yo no quiero verte sufrir”.
Acabas de lanzar tu tercer álbum, “Eje”
Este disco lo que hace es invitarte a que tú reconozcas cuál es tu eje de vida, qué es lo que a ti te mueve, a dónde estás girando, ya que vivimos dentro de un planeta que gira alrededor del sol, nuestra estrella, y a su vez esta gira por toda la galaxia.
A parte del sonido de los vientos, tiene un sonido de sintetizadores, que aparecen y desaparecen por ratos. Te da la sensación de que estás girando. En el tema audible, los arreglos tienen sonidos galácticos, espaciales, que te invitan a relajarte, si es que conectas. Y también por las historias, que son circulares. Pienso que somos actores de las mismas historias, pero en diferentes contextos. Por eso es circular, porque estamos circulando en una misma historia, pero en diferentes puntos.
“Eje” tiene títulos muy conmovedores, como “Mi superhéroe el abrazo”
Es un tema que invita y reivindica el abrazo. A veces tenemos tantos problemas con alguien que queremos mucho y con ese simple gesto podemos solucionarlo todo. También cuando se presentan situaciones complicadas como en este disco un abrazo de mi hermano menor diciéndome “tranquilo, lo estas haciendo bien” es salvador.
El abrazo es eso: dos personas que se abrazan y se salvan mutuamente, para reencontrar ese eje principal y poder girar dentro de un abrazo.
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Otro título es “Mis vientos van a protegerte”
Esa canción tiene una metáfora muy de estudio y social. Este es el primer disco donde yo he podido grabar con sonidos de vientos: trompeta, trombón y saxofón. Cuando grabamos esta canción, yo les decía a los músicos de vientos: “Ustedes que han trabajado toda la vida con sus vientos, calza bastante con lo que van a hacer, porque gracias a sus vientos han podido llevar comida para sus familias, surgir, viajar, regalarnos música, son pieza fundamental”. Los músicos que están detrás de un artista son piezas fundamentales.
No me siento cómodo al hablar de este proyecto por mí solo. Siempre digo “gracias por escucharnos” porque ellos también están ahí.
Y como es la primera vez que hemos trabajado con sonidos de vientos, por ahí metía la metáfora a los músicos, y también es como una metáfora de cuento, como dos personas que se abrazan y sienten que pasa el aire. Te quiero proteger tanto que soy dueño del aire que te rodea, genero un aire que te protege.
¿Qué ha significado para tu proceso creativo el malecón de Huacho?
Me ha regalado casi todas las canciones. Lástima que las autoridades lo tienen muy olvidado. Más allá de eso, creo que es por la conexión que hay con el mar, el olor, la brisa.
En tus composiciones recurres al amor y desamor como tema principal
Yo que ya pasé los 30, viví un desamor totalmente diferente a lo que están viviendo los chicos de 20 años. El amor y desamor son temas sociales. Por eso, a veces vemos gente con un amor de baja categoría. Un amor como una posesión, como si te hubieras comprado algo. Ya no debería existir eso.
En “Ya no te espero” hablas del desamor
Yo le digo a alguien: “Tú no sabes lo que quieres. Un día me quieres, otro día no”. Entonces, la canción le da la vuelta y cuenta que sufro, pero en la parte final tiene otro giro, donde hace una pregunta: ¿quién es el que pierde más? Dilo tú o mejor que lo diga el tiempo”.
Las canciones de desamor pueden hacerte recordar lo que sufres, pero también tienen un lado reflexivo. Porque el desamor es un camino por donde todos tenemos que pasar. Es inevitable.
Yo no podría hacer el disco “Lo que tú me das” del 2015, porque era otro Jorge, más joven, con experiencias diferentes. De aquí haré un cuarto disco, y como “Eje” no lo voy a poder hacer. Son cuadros que pintas y los cuelgas, y volteas a verlo y te das cuenta de que tú fuiste eso. En la música es igual, las canciones no se terminan, se abandonan.
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Por insistencia de tu amigo Jard, otro interesante músico, lanzaste en YouTube el podcast “Hablemos de canciones”, nombre inspirado en “Hablando huevadas”, de Ricardo Mendoza y Jorge Luna.
Lo hago porque es una manera de desenvolverme a través de una cámara. Pero las visiones de otros músicos, cantautores me ayudan mucho a crecer y definir qué es la canción, este milagro sonoro que nos acompaña cuando debemos reposar, cuando nos sentimos mal, cuando queremos bailar, viajar, hacer el amor.