Luis Basurto: ”Soy un poco el personaje de cada una de mis películas porque las he vivido”
La película peruana El viaje macho llegará a los cines este jueves 25 de noviembre y espera cautivar a todos sus espectadores para seguir en taquilla.
Luis Basurto es un cineasta andino que ha destacado durante toda su trayectoria por su intención de reconstruir esa parte de nuestra historia que no muchos conocemos. En esta oportunidad, nos muestra su talento en la película El viaje macho, que cuenta la historia de Carlos Espejo, quien ha cumplido una larga condena en prisión y sale en libertad para darse cuenta de que su vida se fue en un abrir y cerrar de ojos.
Toda la trama está desarrollada en Huancayo y, aunque recién llegará a las pantallas nacionales, ya fue presentada en festivales internacionales de Ecuador y Francia, en donde obtuvo muy buenos comentarios. La película fue financiada con fondos del Concurso de largometrajes exclusivo para las regiones del país que financió el Ministerio de Cultura.
La esencia del filme es retratar un proceso histórico y de violencia, en el que las personas que no estaban involucradas fueron quienes realmente sufrieron las consecuencias del conflicto armado interno entre 1980 y 2000. La República conversó con Luis Basurto para que brinde detalles exclusivos sobre su experiencia en cuanto a su último proyecto cinematográfico.
- ¿Qué tiene de peculiar El viaje macho?
Considero que no mucho porque es una película independiente que se realizó con esfuerzos solidarios, pero si habría que resaltar algo del filme, es que fue grabado enteramente en Huancayo, una ciudad diferente a las miles de historias de la capital, y dejando de lado ese sentir folclórico que se hacen la mayoría de películas en el ande. Quizás también la propuesta visual en narrativa que tiene otra particularidad.
- ¿Cómo nace la película El viaje macho?
El proyecto nace a partir de una inquietud que nace en el año 2006 o 2007, cuando empecé a escribir el guion sobre la realidad que yo había vivido en la ciudad de Huancayo sobre las consecuencias en las personas que fueron afectadas por la violencia política. Aquellos que estuvimos en el medio de todo el conflicto vivimos la parte dura del terrorismo, pero no fuimos ni el Ejército ni la Policía, pero sufrimos los daños colaterales.
Carlos Espejo, personaje de la película, es un reflejo de esa realidad que pasó en ese entonces. Su caso es similar al de muchos muchos otros, quienes fueron culpados o desaparecidos injustamente. Todo eso es lo que quise retratar en la ciudad de Huancayo, lugar donde yo nací, crecí y pasé todo ese proceso de violencia, con la intención de reconstruir la memoria pasada de nuestra historia.
- ¿Qué anécdotas dejó la película?
Bonitas y feas hay muchas. Una de ellas puede ser que cuando empezamos a grabar, arrancó una lluvia fuertísima. Las líneas del tren, que eran casi de 200 o 300 metros, se las llevó y tuvimos que parar el rodaje para ver cuándo volveríamos a grabar porque gran parte de la película era en el ‘tren macho’. Como no había posibilidades de retomar, tuvimos que hacer un croma de todo el tren y trabajamos arduamente día y noche en un hangar gigante que el ferrocarril de Huancayo a Huancavelica nos proporcionó. Lo mismo sucedió con el puente de Huancayo que se llevó la lluvia; a uno solo le queda asumir esas condiciones porque eran cuestiones climáticas.
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- ¿Qué expectativas tienes con El viaje macho?
Cuando uno hace una película, piensa en lo mejor, Como mostrarla en festivales y salas de cine, pero el trabajo es muy fuerte. Tiene que existir también la motivación para sacar adelante el proyecto, pero mi mayor motivación es que la gente tenga la oportunidad de ir a ver, ya que están abiertas las salas de los cines. Todos sabemos que si en los primeros días no nos va bien, nos sacan y lo que espero es que vayan a verla para que luego emitan su opinión.
- ¿Por qué pensaste en Magaly Solier para este filme?
Cuando escribimos el guion, no estaba pensado contactarla a ella para hacer la escena que grabó, porque el tiempo era muy corto y consideraba que no tenía mucho sentido convocarla, debido a que ella ya era muy reconocida y no tenía sentido llamarla para algo tan pequeño. Sin embargo, la esencia dramática de la escena me solicitaba una actriz que tenga el peso dramático y cinematográfico.
Justo, curiosamente, conocí a su representante y le consulté si quería participar. Entonces, ella dijo que le encantó todo y a los seis días ya estábamos trabajando con Magaly, aunque aparezca un poco distante en la película. Yo pensé en ella porque es de las actrices andinas con mayor representatividad en lo cinematográfico, tanto así que estamos preparando con ella para grabar en el año 2022 el largometraje Nostalgias y otros proyectos más.
- ¿Cómo nace tu pasión por el cine?
Nace viendo las películas de la filmoteca de Lima, que estaban en el Museo de Arte, porque quedaba muy cerca de mi casa y luego estudiando en la escuela de cine, específicamente en los cursos que llevé con el Grupo Chaski, con Alejandro Legaspi, que me mostraban la sensibilidad social que puede tenerse en el cine por sí mismo.
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- ¿A quiénes admiras?
A gran parte de mi familia porque son personas que se esfuerzan muchísimo por conseguir sus sueños y objetivos. En el cine, admiro a todos los cineastas independientes que hacen todo lo posible para hacer sus películas y que estas se muestren en todas las pantallas y ventanas posible. Soy muy admirador de todo el trabajo que hay para hacer un proyecto cinematográfico.
- ¿Cuál es el proyecto artístico con el que más se identifica?
Con cada uno de los trabajos que he realizado me identifico. Desde los cortometrajes que hice en 1942, mis largometrajes, hasta El viaje macho porque en cada uno de ellos yo le infrinjo toda la experiencia vivida. Es difícil que en alguna de las películas yo invente o genere mucha ficción porque tienen un alto porcentaje de un conocimiento directo y cercano. Entonces, me identifico con todos ellos. Soy un poco el personaje de cada una de mis películas porque de alguna manera las he vivido y las he sentido. Por todo eso, es difícil elegir una y siento que estoy construyendo mi propia mirada con cada obra que realizo.