Arequipa, Apurímac y Cusco no recuperan cifras de producción similares a las de la prepandemia
Estas tres regiones hacen el peor aporte al Producto Bruto Interno nacional, en comparación al 2019, año anterior a la pandemia. Reactivación económica es lenta debido a conflictos sociales que detienen a la minería y caída del turismo.
La recuperación económica en el sur fue adversa este año. Cusco, Arequipa y Apurímac registran las caídas más pronunciadas del país, después de Madre de Dios. Estas cifras se han comparado con las del periodo 2019, cuando no teníamos pandemia. El crecimiento negativo de Madre de Dios, proviene del 2017, debido a la minería informal y la falta de motores productivos.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el PBI nacional acumuló un aumento de 0.8 %, al tercer trimestre de este año, respecto al mismo periodo del 2019. Sin embargo, la mayor parte de las regiones del sur no se recuperan de las pérdidas del año pasado.
Para el Instituto Peruano de Economía (IPE), la primera razón de la contracción económica es el desempeño negativo que tuvo la producción minera. La obtención de cobre, por ejemplo, registra volúmenes inferiores a los acumulados a setiembre del 2019 . Las caídas se registran así: Cusco (-24%), Apurímac (-21%) y Arequipa (-12%). Ello se atribuye a los conflictos sociales que impidieron la producción de cobre en Las Bambas.
En Cusco, la afectación también está relacionada al turismo. El exministro de Economía y director de Videnza Consultores, Luis Miguel Castilla, sostuvo que la recuperación del sector aún tomará su tiempo. El observatorio del Bicentenario de su organización, señala que el flujo de arribos extranjeros se redujo en cerca del 87%. La mayoría de ellos tenía como destino Cusco.
Dijo que se debe impulsar inversiones mineras y de infraestructura como el Aeropuerto de Chinchero. La región imperial es la quinta con el mayor portafolio de proyectos mineros en etapa de construcción, por un valor de S/ 2,296 millones.
En el caso de Arequipa, según el INEI, la caída se sustenta en el sector construcción, por el bajo avance físico de obras en los tres niveles de gobierno. Según Consulta Amigable, el gobierno regional de Arequipa apenas gastó el 54.8% de su presupuesto para obras.
Este año, trabajos en el sistema de agua potable en Majes y obras en la carretera Viscachani Callalli-Sibayo-Caylloma, así como la reactivación en la Minera Bateas y Compañía de Minas Buenaventura buscan revertir los indicadores, pero aún no es suficiente para una recuperación sólida.
Pero el caso de Puno es aún más grave. La crisis en el gobierno regional que en tres años tuvo tres gobernadores, motivó el retraso económico. Solo ser ejecutó el 37.9% de su presupuesto para proyectos. Es la región más ineficiente en gasto presupuestal del país.
Desempleo e informalidad
El observatorio del Bicentenario de Videnza revela que las cifras de desempleo e informalidad aumentaron significativamente. La tasa de desempleo la lidera Arequipa (15.9%) por la afectación a las actividades económicas predominantes como comercio, construcción y servicios que han sido las más perjudicadas por las restricciones de movilidad.
En la región de Cusco, al cierre del 2020 el 89.6% del empleo total se identificó como informal, por eso ocupa el cuarto lugar en el ranking nacional de informalidad, le sigue Puno con el 89,42%.
Panorama del 2022
Para el exministro de Desarrollo Agrario y Riego, Milton von Hesse, el 2022 no será promisorio mientras no exista una mención a la inversión privada como motor del crecimiento económico y generación de recursos para el fisco vía impuestos. “No se cae en la cuenta aún de que, si no hay inversión privada, no habrá mayor producción de bienes y servicios y, por lo tanto, no habrá más empleo y tampoco habrá mayor recaudación de impuestos para que el propio Gobierno pueda realizar sus funciones”, explicó.
Criticó que en el sector energía y minas, no se ha anunciado ninguna medida de estabilidad, salvo “las amenazas unilaterales de cierres de mina y de renegociación de contratos”.
Igualmente, el IPE advirtió que si la paralización de Las Bambas se prolongase hacia todo el 2022, el PBI de Apurímac caería al menos en 60%. Considera que el panorama de las regiones para el 2022 enfrenta una serie de riesgos que podrían aumentar las brechas de la recuperación económica.
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