La pesada cadena que lastra la mano de obra femenina

Durante 2020, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que de los 2,2 millones de trabajos perdidos a nivel nacional, cerca de 1,3 millones estaban antes ocupados por mujeres; es decir, más de la mitad.

Mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) detalló que, solo en Lima Metropolitana, el empleo femenino cayó 14,7%, frente al 11,3% de los varones.

En esa línea, Andrew Morrison, asesor principal del BID, explicó que cuatro de cada cinco mujeres en nuestro país laboran en los sectores servicios y comercio, los más afectados por el Covid-19 (ver infografía), y recomendó expandir el acceso a los servicios de cuidado como Cuna Más —que solo beneficia al 7% de los niños menores de 36 meses— y rediseñar programas como Trabaja Perú, intensificando la capacitación laboral.

Condiciones inequitativas

“La presencia de niños en el hogar tiene impactos muy diferenciados. Al hombre le hacen trabajar más para traer más dinero y financiar las actividades. Y a la mujer, la hacen trabajar menos ‘para cumplir sus responsabilidades’”, agrega el investigador principal de Grade, Hugo Ñopo.

Además, el especialista precisó que el 80% del trabajo doméstico no remunerado es hecho por manos femeninas, lo cual se traduce en casi dos días y medio por semana que les resta disponibilidad para afrontar los empleos remunerados.

Según un reciente informe del BID, solo el 56% de las mujeres con tres niños o más a su cargo participa en el mercado laboral, contra un 89% de hombres con la misma cantidad de hijos.

Ya desde antes de la pandemia la participación laboral femenina en el Perú era la segunda más alta de la región (67%). No obstante, la mayoría se desenvuelve en trabajos precarios y de baja calidad; y por cada S/ 100 ganados por un hombre, una mujer con las mismas calificaciones y características ganaba S/ 74,10.

La investigadora Alejandra Dinegro agrega que actualmente las mujeres representan la mitad de la población, y el 64% trabaja fuera de casa, y de este porcentaje, el 76% está en la informalidad. A su criterio se deben promover incentivos a sus emprendimientos para sacarlas de la pobreza, sumado a capacitaciones constantes en la promoción de empleos.

Asimismo, recordó que desde 2018 el Perú posee la ley de igualdad salarial, pero la política se ha quedado solo en legislar, y hasta el momento no la han reglamentado. Por lo que la letra muerta no abre el camino para lograr la igualdad al faltar la manera en que se ejecutará y cuáles son los actores sociales y técnicos tras ella. También falta la ratificación del convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para erradicar la violencia y acoso laboral.

Normalidad nada nueva

Otro factor de inequidad es el menor acceso a internet de las mujeres para realizar el teletrabajo: un 45,9% frente al 51,95% de los varones. A lo cual hay que añadirle la sobrecarga laboral, principalmente porque en los hogares no suele existir una distribución igualitaria de las tareas domésticas.

Dinegro recordó que en cerca de 2,9 millones de viviendas en nuestro país (31%) es la mujer la jefa del hogar –y como previamente se indicó, la mayoría está en empleos precarios–, ocupando casi el 16% de la PEA en trabajo doméstico no remunerado.

Reacciones

Hugo Ñopo - Investigador de Grade

“El 80% del trabajo doméstico no remunerado es hecho por manos femeninas. Esto se traduce en casi dos días y medio de jornadas laborales por semana de menor disponibilidad”.

Alejandra Dinegro - Dir. Perú Plataformas

“Tenemos desde 2018 la ley de igualdad salarial, que no está reglamentada. (...) Ha quedado en letra muerta y no se abre el camino para lograr la igualdad”.

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