Economía

‘Argolla machetera’ y baja calidad laboral, los antivalores peruanos del bicentenario

“Urge fortalecer valores como el respeto, honestidad, y responsabilidad desde el nivel educativo, laboral y comunitario para el desarrollo del país”, sostuvo el investigador Jorge Yamamoto ante el CADE Ejecutivos.

Manuel Soria invocó a la población reforzar las medidas de bioseguridad ante la segunda ola epidemiológica. Foto: Clinton Medina/La República
Manuel Soria invocó a la población reforzar las medidas de bioseguridad ante la segunda ola epidemiológica. Foto: Clinton Medina/La República

’'Una empresa típica en el Perú no se compone por individuos que sinérgicamente convergen en el propósito de la institución, sino es un conjunto de tribus y argollas que ven por sus propios intereses, y más temprano que tarde, empiezan a enfrentarse’', señaló ante el CADE Ejecutivos el profesor principal de la PUCP, Jorge Yamamoto.

El investigador identificó dos antivalores que arrastramos los peruanos ad portas del bicentenario: la ’'argolla machetera’' y un estándar de calidad laboral, traducida como ’'el trabajo así no más’'.

La actual organización empresarial termina siendo ’'una suma cero’', según Yamamoto, y se refleja principalmente en la conflictividad de entidades como el Congreso de la República, por ejemplo. Así, impulsa la promoción de una ética laboral llamado ‘Chamba bien hecha’, en la que afloren las capacidades de sus integrantes al 100% para el bien de una compañía y comunidad.

Finalmente, sostuvo que otra mala práctica a combatir es el éxito laboral solipsista, en los que un ciudadano valora ser trabajador pero su solidaridad y empatía brillan por su ausencia. Un caso contrario, explica Yamamoto, fue el del ‘Ángel del oxígeno’.

Valores más importantes

Yamamoto recoge que el 71% de los peruanos valora más el respeto para un mejor futuro, seguido en 33,5% de la honestidad y 28%, la responsabilidad. Asimismo, el especialista considera que la meritocracia y el trabajo bien hecho deben ser los pilares a explotar – desde el sector empresarial y agentes sociales en general - en la próxima década para modificar el chip de los peruanos.

Alentar los valores previamente mencionados ayudarían en el incremento geométrico de la productividad y calidad de la empresa, seguido de un aumento exponencial también de la productividad y calidad nacional.

Además, si cada colaborador convence a un familiar y un par de amigos, se alcanzaría a un 13% de la población nacional, causando un efecto de bola de nieve que acabará con los antivalores que lastramos en la actualidad.

’'Lo más importante es la formación de la siguiente generación. Los países que han tenido éxito invierten el 99% de los primeros años de formación escolar en la educación en valores. Estos los acompañan a lo largo de la vida, en la universidad, institutos y en los centros de trabajo’', recalcó.