Para que se lleve a cabo el proyecto se necesita que se concluyan 800 kilómetros, de los cuales la mitad corresponden a un tramo en Bolivia y la otra en Perú.,Los ministerios bolivianos de Obras Públicas, Economía y Planificación analizan la propuesta española para la financiación del tren bioceánico impulsado por Bolivia, iniciativa que se suma a la del Reino Unido y la de un consorcio suizo-alemán, informó una fuente del Gobierno de ese país. El ministro de Obras Públicas, Milton Claros, en una rueda de prensa declaró que la propuesta española maneja "alternativas de financiamiento" con instancias o instituciones del país europeo para correr con los costos del proyecto, que se estima costará unos 14.000 millones de dólares. PUEDES VER Bolivia inauguró su mayor planta de energía alternativa El proyecto que impulsa Bolivia y que, según lo manifestado por el ministro lleva en curso seis años, busca unir el puerto brasileño de Santos, en el Atlántico, con el peruano de Ilo, en el Pacífico, por medio de una ruta de 3.744 kilómetros de longitud. Junto a Bolivia, Brasil y Perú han manifestado su interés Paraguay y Uruguay cuya articulación podría darse gracias a la hidrovía Paraguay-Paraná. Varias empresas españolas "quieren ejecutar el proyecto" y por ello han planteado sus propuestas y las "condiciones" de la financiación, aspecto que está bajo una evaluación detallada a cargo de tres instancias del Ejecutivo boliviano, manifestó el ministro boliviano sin entrar en mayores detalles. Bolivia así como el grupo operativo del proyecto, conformado por los países que impulsan el proyecto, buscará "tomar la mejor decisión" en base a las propuestas que junto a la de España desarrollan el Reino Unido y un consorcio suizo-alemán que integran otras posibilidades, expresó Claros. El Gobierno boliviano ha defendido la viabilidad del proyecto bajo el argumento de que ha sido el que más ha avanzado y ha señalado criterios técnicos y económicos de su pertinencia. También ha señalado que para su concreción únicamente se necesita se concluyan 800 kilómetros, de los cuales la mitad corresponden a un tramo en Bolivia y la otra en Perú, aspecto que lo sitúa en una posición de ventaja en relación a otras alternativas que puedan surgir.