Tokio 2020: Mary Luz, ella no marcha sola
Valiente. A los 13 años, Mary Luz Andía dejó su querido Cusco para vivir sola en Arequipa, lejos de sus padres, y cumplir su sueño de ser una marchista olímpica.
Mary Luz Andía logró en el 2019 la marca necesaria para acudir a Tokio 2020, cuando aún participaba en categorías juveniles. Pero estos logros precoces no son nuevos para una atleta que a los 13 años decidió abandonar su hogar para perseguir sus sueños a ritmo de marcha.
¿Cómo va tu preparación para Tokio 2020?
Me siento preparada a un 90 o 95%, estuvimos haciendo mucha velocidad en Polonia. Ya estoy de vuelta en Arequipa, regresamos a la altura ya teniendo una mejor frecuencia de paso, esa fue la planificación. Estamos tratando de ir a Iquitos para tratar de imitar la temperatura que vamos a encontrar en Tokio.
¿Qué vienes planificando para los próximos días?
Tuve una última competencia en España, fue el evento de Los Cantones La Coruña, donde hice la marca para los Juegos Olímpicos en el año 2019, pero esta vez no me fue bien. Ahora estoy en Arequipa y estamos tratando de planificar ir a Iquitos para tratar de imitar la temperatura que vamos a encontrar en Tokio.
¿Entrenar en la altura es una ventaja?
Sí claro, creo que para todas las pruebas largas es muy conveniente entrenar en altura, para ganar velocidad debes bajar al nivel del mar, pero para tener más carga en los pulmones la altura es ideal.
¿Cómo es un día normal de entrenamiento para ti?
En Polonia cambiamos un poco los horarios, me levanto a las 6:30 a.m., a las 7:00 desayunamos y después a las 9:00 empezamos el entrenamiento, al mediodía terminamos, a la 1:00 p.m. almorzamos. Después descansamos hasta las 4:00 p.m. y otra vez entrenamos hasta las 6:00 p.m. Luego viene la cena y a dormid. Esto lo hacemos los 7 días de la semana, aunque en Arequipa hacemos algunos cambios, pero igual son unos 15 o 20 km. por día.
¿Y en tus ratos libres qué haces?
Bailar, siempre bailo después de entrenar o en cualquier momento, siempre que escucho música es algo automático que hace mi cuerpo, entonces siempre lo voy a hacer, me gusta mucho. Tal vez en el futuro pueda estar en una academia bailando.
Volviste a las competencias en marzo. ¿Cómo te sentiste?
Muy bien porque no estaba planeado, estábamos en cuarentena en Perú, entonces el IPD y la Federación nos apoyaron para entrenar en Europa. No estaba planeado competir en Eslovaquia, pero lo hicimos y nos fue muy bien, nos quedamos a 45 segundos de volver a hacer la marca que me clasificó a Tokio. Me dejó una buena sensación, hacía más de un año que no sentíamos esa adrenalina. Después de eso tuvimos otra competencia en República Checa donde quedé en segundo puesto.
¿Conoces algo de la ruta que harás en Tokio 2020?
Sí más o menos, aunque a veces la ruta es engañosa, parece que todo está bien bonito, pero a la hora de competir ahí ves la realidad, ya veremos.
¿Qué recuerdos de tu participación en Lima 2019?
Para mí fue una experiencia bonita y también una lección, donde aprendí a cuidarme un poco más. Yo venía de muchas competencias de mi categoría y de la categoría mayores, se combinaron ahí. Venía muy mal y no entrené casi nada para los Juegos Panamericanos. Fue muy doloroso porque estaba mal del tendón de Aquiles, cada paso que daba me dolía.
¿Sientes que ya estás en tu nivel óptimo?
Yo creo que hemos mejorado en algunas cosas y nos falta recuperar otras, el ritmo de competencia que teníamos antes ya lo recuperamos y ahora vamos a buscar mejorar, estamos en ese camino.
¿Cómo empiezas en la marcha?
Yo soy de la provincia de Espinar, departamento de Cusco. En mi colegio, cuando entré a primero de secundaria, un profesor de educación física me presenta la marcha atlética. Él ve que tengo aptitudes y me comenta que hay un Instituto Peruano del Deporte donde podía mejorar, comienzo competir en los Juegos Escolares, fui a Brasil, a Chile, ahí comienzo a sentir que había un futuro en esto, por eso decido ir a Arequipa.
¿Cómo nace esto de irte a vivir sola a Arequipa?
Mi profesor me dijo que tenía un futuro muy grande, entonces yo le comento a mi madre que quiero ir Arequipa, que ya había contactado al que es mi entrenador actual, Alfredo Quispe, y que allá me podía desarrollar mejor. Mi mamá sí quería, el que no estaba de acuerdo era mi padre, yo tenía 13 años y él decía que era un peligro. Esto generó algunos problemas entre mis padres, pero al final se convenció.
¿Qué tan importante es tu madre en tu carrera?
Mi mamá siempre me apoyó, me compraba zapatillas, ropa deportiva, todo lo que necesitaba. Ella decía que yo tenía que aprender a ser fuerte y me ayudó a irme a Arequipa porque decía que debía buscar mis sueños.
¿Qué fue lo más difícil de vivir sola tan pequeña?
Cuando llego a Arequipa, era una de las más chiquitas, veo que había muchos atletas. Yo tenía mucho miedo al inicio de no aguantar el entrenamiento porque yo veía cómo entrenaban mis compañeros de alto nivel. Para mí era un cambio en todo sentido porque tenía nuevos compañeros, nuevos amigos y mis papás ya no estaba conmigo. Al inicio me chocó bastante, me ponía a llorar todas las noches, sólo quería irme a mi casa. Pero me di cuenta de todo lo que venía sacrificando y puse en claro mis metas. Fue duro, pero los mismos atletas que estaban ahí me motivaron a seguir y ahora viendo hacia atrás, yo misma estoy sorprendida de haber vivido esto sola.
¿Tienes alguna meta concreta para Tokio 2020?
Nuestra meta a corto plazo es estar entre los 15 primeros del mundo y la de largo plazo es París 2024, dónde buscaremos medalla o estar entre los 5 o 10 primeros, y de la misma forma para el 2028. El sueño de todo atleta es ganar una medalla olímpica, que es muy duro, pero no es imposible.
¿Haces algo más además de la marcha?
Estoy estudiando educación física. Desde que terminé el colegio, siempre me gustó enseñar y cómo ahora soy deportista puedo transmitir lo que aprendí. Ya voy en cuarto año.
¿Qué es lo que más te gusta de enseñar?
Se siente muy bonito y me siento muy orgullosa, me da mucha felicidad darles consejos. Hay muchos niños pequeños que me escriben por redes sociales, entonces yo les converso y les digo que si están concentrados en algo lo van a lograr. Trato de siempre decirles que nada es imposible.
¿Crees que la marcha ha crecido en el Perú?
Sí, la verdad que sí. Creo que gracias a los juegos Panamericanos se conoce un poquito más y por Kimberly (García), gracias a ella también. Esta disciplina no es tan conocida como la maratón, aunque el esfuerzo es casi el mismo, ojalá en un futuro se pueda hacer masivo.
¿Cómo viviste la pandemia?
Yo vivo internada en el Centro de Alto Rendimiento de Arequipa y los 3 primeros meses nos encerraron ahí, teníamos alimentación, un pequeño gimnasio y una pequeña ruta donde podrías trotar. Pero no teníamos contacto con nadie de afuera y tampoco podíamos salir, ni siquiera a la tienda, ni acercarnos a la puerta. Pude mantenerme un poquito haciendo fuerza en el gimnasio, haciendo algunos trotes para no perder la capacidad. Entré en una etapa de estrés en que ya no podía estar encerrada allí, tuve que salirme, alquilar un sitio. Gracias al IPD y a Panam Sports que me apoyaron para salir de la ciudad para entrenar casi con normalidad, claro que cuidándonos el doble.
¿Qué mensaje le dejas a la gente?
Que voy a dar lo mejor de mí, me estoy preparando por nuestro país y que vamos a luchar por estar entre los 15 primeros del mundo. No les voy a fallar, si Dios quiere todo saldrá como lo planeado. Y que sigan adelante con sus sueños, siempre traten de cumplir sus metas.
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