Fichajes millonarios y Neymar: el camino del PSG hasta llegar a su primera final en la Champions League

Para evocar el largo recorrido del Paris Saint-Germain F.C (PSG) a la final de la competición de clubes más importante de toda Europa ante el Bayern de Múnich, que tendrá como epicentro al coloso Estadio da Luz este domingo 23 de agosto, es menester no saltarnos los detalles desde los inicios de la escuadra parisina.

Corría el año 1970, cuando el 12 de agosto se fusionó el Paris Football Club y el Stade Saint-Germanois para formar un nuevo club. La iniciativa tuvo pie gracias al apoyo financiero de empresarios como Guy Crescent, Pierre-Étienne Guyot y Henri Patrelle. Este último, entonces presidente del club, buscó el apoyo del diseñador parisino Daniel Hechter para obtener la condición de profesional.

Para final de la década de los setenta (el mismo año de su fundación), el equipo francés ya levantaba la copa de la Segunda División de Francia y un año después disputaba la Ligue 1, marcando el inicio de un récord consecutivo en el torneo: siendo el único club galo que nunca ha conocido el descenso.

Pero mientras la popularidad y el nivel futbolístico del PSG aumentaba como la espuma, los problemas financieros y los fraudes iban sentando forma. En 1978, el presidente Daniel Hechter fue suspendido de por vida por la Federación Francesa de Fútbol luego del escándalo de la doble venta de entradas en el Parc des Princes, una maraña ilegal para disminuir el déficit del club. Ese mismo año, Francis Borelli, reconocido hombre de negocios, tomó la presidencia del club.

Y desde allí arrancarían los títulos del PSG. Su primer trofeo fue la Copa de Francia en 1982. Desde el banquillo se dejaba ver Georges Peyroche y en el campo figuraban leyendas francesas como Dominique Rocheteau y Daniel Sánchez. Al año siguiente también se llevaría el mismo torneo y para 1985, ya campeonaba la Primera División de Francia.

Para 1990 las cosas en el club no caminaban viento en popa. El PSG tenía una deuda de 50 millones de euros, por lo que Borelli dejó de ser presidente. El grupo Canal+ compró el club y este recibió el 40% de sus ingresos de los partidos televisados, convirtiéndose así en acaso el cuadro más rico de Francia. Es así que entró en una etapa dorada con figuras en el campo como el brasileño Valdo, los franceses David Ginola, Daniel Bravo y un largo etcétera de estrellas galas con las que consiguió nueve títulos, entre ellos Copas de Francia, Copas de Liga, Supercopas de Francia y trofeos de la Primera División de Francia.

En 1997, el grupo televisivo francés Canal+ ya era en el accionista mayoritario. Cuando arrancó la década del 2000, el PSG tuvo chispazos en torneos: 2 Copas de Francia y 1 Copa Intertoto, con cuotas de talento y magia a cargo de un joven Ronaldinho Gaucho, entonces la figura del club.

Pero el brasileño migró a otro gigante de Europa y el club parisino no tuvo, hasta la temporada 2008, buenos resultados: noveno lugar en la Ligue 1 en el 2005 y 2006 y decimoquinto puesto en el 2007, a solo tres puntos del descenso. El club fue vendido a las multinacionales Colony Capital, Butler Capital Partners y Morgan Stanleym, pero ni eso mejoró las cosas, deportivamente hablando. Sin embargo, para el 2010 consiguió una Copa de Francia, al igual que el equipo femenino del PSG.

Sin embargo, para el 2011 las cosas cambiarían. Qatar Sports Investments (QSi), fondo dedicado a inversiones en la industria del deporte y el ocio a nivel internacional, al mando del empresario qatarí Nasser Al-Khelaifi, compró el club por 64 millones de euros —según medios europeos —. Esto abarcaba entre 15 y 20 millones de la deuda y algunas pérdidas del PSG estimadas en 19 millones desde la temporada 2010. Así, los nuevos dueños invirtieron 108 millones de euros en fichajes, el número más alto en toda la temporada 2011 y 2012.

Desde ahí llegaron jugadores top como Diego Lugano, Kevin Gameiro y Javier Pastore, así como el brasileño Leonardo como director deportivo y Carlo Ancelotti como entrenador. Para la siguiente temporada llegaron Thiago Silva, Ezequiel Lavezzi, Marco Verratti y la estrella sueca Zlatan Ibrahimovic. Con esta renovación en el comando técnico y de plantilla el PSG conquistó la Ligue 1 en 2013, pero la Champions League todavía le era esquiva.

Para la temporada 2014 contrató a Edison Cavani y Marquinhos. Laurent Blanc reemplazó a Ancelotti, quien migró al Real Madrid. Para 2015 conquistó la Supercopa de Francia, la Copa de la Liga y fue eliminado de la Ligue 1 y de la Champions. Como los torneos todavía se le escapaban de las manos, la directiva contrató a Ángel Di María en 2016 y los resultados fueron una Liga, una Copa y una Copa de Liga. Para 2017 ya no estaba Ibrahimovic ni Blanc en el banquillo, y una vez más no conoció la gloria de la Liga de Campeones.

Ese mismo año y enfocado en conseguir por primera vez la Champions League, contrató por 220 millones de euros —y marcó un hito a nivel mundial por el traspaso de un jugador de fútbol— al brasileño Neymar. No sin antes desembolsar 180 millones por el pase del mancebo francés Kylian Mbappé.

Desde allí el camino del PSG viene siendo historia conocida. Hasta la fecha, y luego de un calendario singular por la pandemia mundial, el club viene sumando 13 trofeos de la Copa de Francia, 9 Copas de Liga, 9 Supercopas de Francia y 9 conquistas de la Primera División de Francia. Y ahora tiene la mira puesta en esta final de Champions ante el Báyern de Múnich. Para este encuentro, el club parisino ha gastado más de 1.200 millones de euros, pues su 11 ideal excede los 700 millones de euros en gasto. Por su lado el club alemán apenas pasa los 100.

Entre lo que es la Champions y el torneo francés, que quedó frustrado por el coronavirus, el PSG ha marcado 102 goles en 37 partidos, haciendo un promedio de 2,7 anotaciones por juego. Este último encuentro de la Liga de Campeones 2020 será la novena ocasión en que ambos equipos chocan, quienes siempre se han cruzado solo en fase de grupos. De los nueve partidos disputados, el PSG ha ganado cinco de ellos, mientras que el Báyern solo 3. Pero el fútbol da sorpresas, y eso lo sabremos el domingo.