El dilema de Lionel Messi en Barcelona: ¿Remodelar la casa o mudarse?
Análisis. Siempre se habló de 'Messi y sus amigos' pero hoy está claro que, en términos futbolísticos, necesita unos nuevos. La pregunta es si los encontrará en casa o en otro lugar.
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Se ha cerrado un ciclo en Barcelona, eso es innegable. Si una derrota por 8-2 no es señal de cambio, entonces nada lo es. La pregunta que surge es cuál es el ciclo que termina: ¿El del Barcelona como uno de los reyes indiscutibles de Europa o el de Lionel Messi en la ciudad que hizo su vitrina por más de 15 años? Tal vez sea ambos, pero lo cierto es que una ventana se cierra para que otra historia comience.
Solo el talento y la trascendencia de alguien como Messi nos puede permitir ligar el futuro de toda una institución a un solo jugador. Barcelona es la casa de ‘Lio’ y es tal vez en ese punto en el que pueda recaer una arista importante de la actual crisis del club. Ya que, cuando una persona común y corriente llega a este desgaste en su vida, siempre hay dos opciones que saltan a la mente: ¿remodelamos la casa o simplemente nos mudamos?
Criticar el papel de Messi en una nueva debacle del Barcelona ya, a estas alturas, podría incluso parecer ocioso. Todos lo conocemos y sabemos que, aunque es el mejor del mundo, hay momentos en que simplemente desaparece. Su personalidad ha sido siempre motivo de debate y es aquí donde aparece la materia del análisis: tal vez el problema fue que Barcelona se volvió demasiado acogedor para Messi.
Todos se siente bien cuando están rodeados de amigos. No nos vamos a aventurar a decir que Messi coloca a jugadores o técnicos, aunque muchos hasta lo afirman. No obstante, una revisión en la historia es suficiente para darse cuenta que el astro argentino siempre se ha inclinado por sentirse acogido en un grupo de su entera confianza.
El problema parte cuando tus amigos dejan de ser tus potenciadores para empezar a mermar lo que, a pesar de los años, aún puedes darle al fútbol. Si tomamos como ejemplo el partido ante Bayern Múnich y, sin quitarle la dosis de responsabilidad de Messi, pudimos ver un Suárez lejos del nivel que un club top necesita, a Busquets y Piqué a un cambio menos del necesario, a un Vidal más peleado con él mismo que otra cosa, etc.
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Es tiempo de buscar nuevos ‘amigos', obviamente solo en términos deportivos. No es fácil, pero es algo que Messi ya ha hecho en su momento. Sino pregúntenle a Fabregas. Esto le deja dos opciones al argentino, las mismas que tiene la persona común y corriente de la que hablábamos antes: ¿renovar la casa o mudarse?
Si se queda
Si Lionel Messi decide quedarse, el cambio de técnico no es suficiente. La llegada de Ronald Koeman es inminente y fue el mismo técnico holandés el que, en su momento, habló claro sobre una renovación. En ese sentido, a los ya mencionados párrafos arriba se tendrían que unir nombres como Semedo, Jordi Alba, Rakitic, Umtiti, Sergi Roberto, etc.
“Siempre digo que cuando tengo un jugador de 30 años y otro de 22 años con el mismo rendimiento, pongo al de 22 porque eso es futuro”. Si Koeman es esclavo de sus palabras, las puertas se abren para jugadores como Riqui Puig y Ansu Fati. Pero esto no es suficiente, Messi necesita ‘amigos en el campo’ y, desde Neymar, ningún otro (salvo Suárez en ocasiones) ha lucido la capacidad de alcanzar una sociedad que el brasileño si ha podido formar con Mbappé y Di María en el PSG o como el que brilla en el Bayern Múnich con Lewandowski y Muller. Si Messi se queda, el Barcelona debe hilar fino en refuerzos.
Si se va
Si alguna vez Messi estuvo cerca de salir del Barcelona, es ahora. Si descartamos que esta incomodidad es un arma de negociación de cambios, el ’10′ debe evaluar lo que muchos le piden desde hace tiempo: probar su talento en otra latitud y acabar con el mito de que, sin Xavi o Iniesta, no es el mejor.
Algunas versiones de su inminente salida han estimulado la imaginación de hinchas alrededor del globo. Algunos lo ven reuniéndose con ‘Pep’ Guardiola en Manchester City, mientras que otros lo ven colocándose la ‘neroazzurra’ del Inter. La tarea en este caso es saber elegir bien su destino, una liga que vaya con su estilo de juego y un club en el que ‘hacer nuevos amigos’ no le resulte tan difícil para regalar fútbol al mundo, los años que su talento aguante.
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