El 'Apóstol de la Muerte': la historia del asesino serial que horrorizó Lima y pidió ser fusilado
Pedro Pablo Nakada Ludeña o también conocido como el ‘Ángel vengador' estremeció la capital por la crudeza en sus 25 crímenes. Al momento de su detención, exigió la pena de muerte.
Pedro Pablo Nakada, apodado el 'Apóstol de la Muerte', fue un asesino serial que causó terror en la capital limeña cuando ultimó a 25 personas. De ese modo, la crudeza de sus confesiones enlutó el 2006. Cuando él fue capturado, pidió la muerte y no años de privación de libertad.
El 'Ángel Vengador', como también era llamado, no mostró arrepentimiento alguno de los crímenes realizados. Por ello, pasó a conformar la lista de los criminales más crueles del Perú. Te contamos su historia a continuación.
Los crímenes de Pedro Pablo Nakada
Pedro Pablo Nakada Ludeña cobró su primera víctima el 1 de enero del 2005, alrededor de las 6 p.m. Carlos Edilberto Merino Aguilar fue el hombre que acribilló a balazos, mientras se encontraba en la playa Chorrito de Chancay. Este sujeto de 26 años encabezaría la larga lista de asesinados del 'Apóstol de la Muerte'.
Así, continuó su travesía delictiva a diestra y siniestras. Entre sus principales víctimas, se encontraban una mujer de 50 años, un taxista junto a sus dos pasajeros, una joven quinceañera, un cosmetólogo y decenas de personas más.
"El apóstol de la muerte" confesó haber sido sometido a vejaciones en su niñez. Foto: composición LR/La República
Sus crímenes fueron detenidos cuando el 28 de diciembre de 2006 fue interceptado por efectivos policiales de la Dirincri, quienes llegaron hasta el taller mecánico en el que trabajaba. Sin saberlo, las fuerzas del orden habían logrado frustrar un asesinato más empleando una granada.
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Al ser capturado, el 'Apóstol de la Muerte' no mostró arrepentimiento por sus actos delictivos, sino que, todo lo contrario, señaló que había sido un enviado de Dios para acabar con todos aquellos pecadores y así ser como un 'salvador'.
“Yo no soy un criminal, soy un limpiador, he librado a la sociedad de homosexuales y vagabundos. Solo trato de purificar la tierra de prostitutas, drogadictos, homosexuales y asaltantes”, señaló durante su interrogatorio.
Pedro Pablo Nakada cometía sus asesinatos con armas de fuego. Foto: La República
El modus operandi de Nakada Ludeña se fue perfeccionando con el paso del tiempo, pues, luego de su primera incursión, solo asesinaba a sus víctimas con un disparo en la nuca “para que no sufran”. Posterior a ello, rezaba un rosario y los enterraba.
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Juicio y final de Pedro Pablo Nakada
El 'Apóstol de la Muerte', tras confesar explícitamente todos los asesinatos que había realizado, hizo una petición: “Pido un fusilamiento… algo práctico… así como hice con la gente… les metí un tiro en la cabeza”, señaló.
Pedro Pablo Nakada al ser capturado indicó que iba a "seguir cumpliendo su misión purificadora". Foto: composición LR/La República
No obstante, las autoridades lo condenaron a 35 años de prisión y fue recluido en el penal de Lurigancho. En dicho lugar, intentó suicidarse en una oportunidad.
A Pedro Pablo se le realizó un nuevo informe psiquiátrico. De acuerdo con este, se ordenó su internamiento en el pabellón de enfermos mentales, ya que padecía de esquizofrenia paranoide. Su estado lo volvió inimputable, lo que produjo indignación.
¿Cómo fue la infancia del 'Apóstol de la Muerte?
Pedro Pablo Masías Ludueña nació el 28 de febrero de 1973 y fue víctima de violación desde temprana edad por parte de su familia, según reveló para la Policía Nacional de Perú tras su captura.
“Es mala, mi familia es mala. Mis padres siempre peleaban. Se insultaban mucho. Mi papá le pegaba mucho a mi mamá. Yo me escapaba de la casa. Pero volvía por no tener dónde comer. Mi hermana me violó, ella era mayor. Mi hermano me obligó a tener sexo oral, yo tenía seis años ¿Hay gente que no me cree? Yo no olvido lo que viví”, expresó el 'Apóstol de la Muerte', según informes de Infobae.
