¿Cómo Lay Fun, el perro que mató a un ladrón, se convirtió en un héroe del Perú?
Lay Fun fue uno de los perros más queridos por los peruanos. Cuando estaba a punto de ser sacrificado, la población protestó para que continuara con vida. Conoce su historia y cómo llegó a convertirse en un can policía ejemplar.
Lay Fun acaparó todas las primeras planas de los medios de comunicación en julio de 2006 por matar a un ladrón. La noticia conmocionó al Perú, puesto que el perro iba a ser sacrificado. Sin embargo, un sector de la ciudadanía salió a las calles a protestar para salvar su vida y, finalmente, llegó a servir a la Policía Nacional del Perú (PNP).
El rottweiler se ganó rápidamente el cariño de todos los peruanos, ya que, por varios años, luchó contra la delincuencia y fue de gran ayuda para los agentes policiales. Incluso, llegó a ‘supervisar’ a otra generación de canes para que también sean parte de la PNP. Conoce la historia de Lay Fun y cómo se convirtió en el perro más emblemático del país.
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Lay Fun, un símbolo contra la delincuencia
El 11 julio de 2006, por la madrugada, un ladrón intentó robar en una cochera de la cuadra 6 de la avenida Abancay, lugar donde se guardaban autopartes. No obstante, nunca imaginó encontrarse con un perro de raza rottweiler que, tras notar su presencia, lo atacó hasta matarlo. El hecho causó bastante controversia porque, mientras que algunos condenaron el acto del animal, otros lo defendieron al considerar que había cumplido su misión, la cual era cuidar los dominios de su dueño.
Lay Fun iba a ser sacrificado, pero gracias al apoyo de la ciudadanía y de un abogado, pudo salvarse. Foto: RPP
El can de cinco años fue llevado a un Centro Antirrábico de Chacra Ríos y se le abrió un proceso judicial, en el que se planeaba sacrificarlo. Fue así como la opinión pública empezó a identificarlo como un símbolo de lucha contra la delincuencia y tan mediático fue su caso que hasta tuvo un abogado, Juan Aragón Villena, quien impidió la muerte de Lay Fun.
No obstante, la ciudadanía también cumplió un rol importante, ya que varios activistas y defensores de animales salieron a protestar por esta medida que creían injusta. Es así como el rottweiler llegó a formar parte de la Brigada de Seguridad y Defensa de la PNP, en las filas de la Unidad de Policía Canina.
Otro dato interesante es que, cuando su caso aún estaba en investigación, se dio a conocer que Lay Fun ya había sido adiestrado con anterioridad en la División de la Policía Canina.
Lay Fun en la PNP
Una vez que Lay Fun dejó la celda del centro antirrábico, llegó a la División de la Policía Canina del Rímac, más conocida como El Potao. Allí nuevamente fue adiestrado y, con cuidados especiales, se volvió un agente más y se destacó por su gran servicio por cinco años.
Lay Fun fue parte de la PNP por varios años y se convirtió en un ícono de lucha contra la delincuencia. Foto: Captura de América
El animal no volvió a mostrarse agresivo e, incluso, participó en otras actividades de la Policía canina y hasta en eventos en los que había niños. Se hizo el perro más famoso de la PNP y todos lo reconocían. También formó parte de los desfiles de la Parada Militar.
Cuando el can llegó a cierta edad, la PNP decidió darle de baja por ser ya un veterano. Todos los perros policías deben pasar a retiro a los 8 años, pero como Lay Fun era un caso especial, lo hicieron cuando contaba con 9 años. Tan importante fue la presencial del animal que ayudó a ‘entrenar’ a la nueva generación de cánidos.
Los agentes policiales lo querían y admiraban; incluso, fue condecorado como el rey del Canoween en Ventanilla.
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Muerte de Lay Fun
El 21 de febrero de 2014, Lay Fun murió por vejez a la edad de 13 años. Según indicó el comandante Olger Benavides, el perro falleció a causa de un paro respiratorio. También tenía un problema en la pata izquierda y una displasia en la cadera, enfermedad ósea degenerativa que le causaba dolor y cojera.
Lay Fun fue el perro emblema de la policía canina. Foto: Andina
A diario recibía un tratamiento, con comida especial y calmantes, puesto que no podía subir de peso y debía de tener un chequeo de rutina. Sus últimos días los pasó en la Unidad Canina, lugar donde lo acogieron por casi cuatro años tras retirarse de la PNP.
Lay Fun fue despedido con honores y con un sentido homenaje.
Lay Fun entra a sus pupilos
Aunque el querido policía canino ya era mayor, continuó con sus labores policiales, por lo que se encargó de ‘supervisar’ a los nuevos canes de la PNP y de esta manera, les ‘enseñó' toda su experiencia en los últimos años.