¿Qué significa darse un baño turco y por qué son tan populares en Latinoamérica?
Los ‘Hammam’ o baños turcos son tratamientos de una tradición que data desde la Edad Antigua. En Latinoamérica los utilizan para relajarse. Conoce cómo se hicieron tan populares.
El baño turco o árabe es un tipo de ritual de higiene a vapor que permite relajarse. No obstante, lo que actualmente conocemos en la cultura occidental como darse un baño turco en los spas, guarda distancia del significado original.
Conocido como ‘Hammam’, palabra que significa cuarto de baño, hace referencia a los baños públicos en las ciudades y se han encontrado históricamente tanto en Medio Oriente como en norte de África, Asia Central y el Subcontinente indio, según la Escuela Internacional de Árabe.
En la cultura musulmana, este ritual cumple con la función de higiene, descanso y relajación, como un espacio de encuentro y reunión social. No obstante, en la actualidad, podemos encontrar que este tipo de baños son parte de la oferta de hoteles y spas.
¿Cómo tomar un baño turco?
Primero, la persona accede a una sala templada o cuarto tibio para que se acostumbre a la temperatura, antes de pasar al siguiente ambiente. Luego, ingresa a la sala caliente, donde la temperatura oscila entre los 30 y 50 grados. Además, la humedad relativa supera casi siempre el 90%. Tras ello, se recuesta sobre un banco o plataforma de mármol.
La estructura de cúpula arquitectónica causa que el vapor suba y que de ahí caigan gotas de agua fría. Tras un masaje, la persona está lista para concluir su ritual de relajación.
Así son los baños turcos en Estambul.|Foto: Traveller
¿Cuál es la diferencia de un baño turco con un sauna?
La principal diferencia entre un sauna y un baño turco es que los saunas proporcionan calor seco, mientras que las salas de vapor de los baños turcos generan calor húmedo. Asimismo, el calor seco de una sauna tradicional proviene del calentamiento de rocas que elevan la temperatura de la habitación.
¿Por qué son tan populares en Latinoamérica?
En occidente fueron los europeos quienes conocieron, por sus contactos con los otomanos, este tipo de baños. Así también, Reino Unido y Estados Unidos han tenido la mayor influencia en la cultura del baño, según la experta en historia Barbara Penner en su libro Baño (2013).
Hoy en día se puede ver como prosperan los baños turcos en todas las culturas occidentales, incluidos en las ofertas de los spas y hoteles de balnearios.