Starbucks no siempre fue una cadena de cafeterías: conoce qué se vendía en sus primeros locales
En 1971, el primer Starbucks abrió sus puertas en Estados Unidos. En aquella época, brindar una experiencia única a sus clientes no era la prioridad de su empresa. Conoce aquí cuáles eran los productos que ofrecían en sus primeros locales.
Starbucks es una cadena de cafeterías que cuenta con más de 30.000 locales en 83 países en el mundo. Hoy en día, se caracteriza por colocar los nombres de sus clientes en los vasos de sus bebidas, con el objetivo de crear una experiencia personalizada. Sin embargo, este no siempre fue el propósito de sus dueños al crear la compañía.
A continuación, te contamos los inicios del imperio Starbucks, cuántos locales tenía, qué productos vendían y otros detalles que quizás no conocías.
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¿Qué productos se vendían en los primeros locales de Starbucks?
El primer Starbucks abrió sus puertas en 1971, en la cuidad de Seattle, en el estado de Washington (Estados Unidos). Los propietarios de la empresa en aquel entonces eran Gerald Baldwin, Zev Siegl y Gordon Bowker, quienes se dedicaban únicamente a la venta de granos y máquinas para café.
En 1982, Howard Schultz, quién egresó de la carrera de Comunicaciones de la Universidad del Norte de Míchigan, convenció a Baldwin para que lo contratara como director de ventas y marketing. En ese momento, Starbucks tenía tres tiendas.
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¿Cómo pasó de ser una pequeña empresa a convertirse en una cadena internacional de cafeterías?
Un año después, en 1983, Howard Schultz hizo un viaje a Italia, donde se percató de que los dueños de las cafeterías de dicho país conocían a sus clientes y los llamaban por sus nombres. Además, les servían bebidas calientes como cappuccino y café latte.
El joven de 29 años se enamoró de este tipo de atención y regresó entusiasmado a Estados Unidos para compartir con Bowker, Siegl y Baldwin su idea de crear una experiencia para su público similar a la italiana.
Sin embargo, los tres socios no estuvieron de acuerdo porque consideraban que esta dinámica distraería el objetivo original de la empresa, que era vender granos de café tostado, según señala Mercado Negro, portal especializado en marcas y estrategias. Asimismo, estimaban que el café era una bebida que solo se debía preparar en casa.
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Ante esto, Schultz renunció a su puesto en 1985 y fundó su propia empresa: Il Giornale. Gracias al éxito de esta, en agosto de 1987, pudo comprar Starbucks por 3,8 millones de dólares, convirtiéndose en director ejecutivo de la empresa. Para aquel entonces, ya había seis tiendas de la compañía en Estados Unidos.
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Con Howard Schultz al mando, Starbucks sufrió una serie de cambios y comenzó su expansión. En 1992, la empresa empezó a cotizar en NASDAQ (segunda bolsa de valores automatizada y electrónica más grande de EE. UU.) y el número de locales aumentó a 65.
Fue así que para el año 2000, Starbucks se había convertido en una cadena internacional de cafeterías con más de 3.500 tiendas alrededor del mundo.
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