¡Toma inspiración de Francia! España tendrá su primer portaaviones para tener más alternativa real al caza de Estados Unidos
España avanza con Navantia en su primer portaaviones convencional que aumentará el peso estratégico de la industria naval frente a potencias como Estados Unidos.
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España da un paso decisivo en su estrategia militar al iniciar el desarrollo de su primer portaaviones convencional, con capacidad para operar entre 25 y 30 aviones de combate. El proyecto, impulsado por la Armada y la empresa pública Navantia, está inspirado en el modelo francés Charles de Gaulle, aunque no contará con propulsión nuclear como sí ocurre con su homólogo galo o los buques de la clase Ford de Estados Unidos.
El nuevo portaaviones, que empleará el sistema CATOBAR (despegue asistido por catapulta y recuperación por cables de detención), marcará un cambio radical en la capacidad operativa de España en alta mar. Según datos recogidos por EFE, la embarcación se sumaría a otros dos buques tipo LHD como el actual Juan Carlos I, lo que situaría a España, por primera vez en su historia, con tres portaaeronaves operativos.
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España planea un portaaviones CATOBAR con tecnología de vanguardia
La nueva embarcación forma parte de un replanteamiento del plan de modernización naval de cara a 2050. En lugar de tres buques tipo LHD, como el Juan Carlos I, la Armada construirá dos LHD y un portaaviones CATOBAR, un modelo que ofrecerá mayor autonomía estratégica. Las dimensiones del futuro navío se estiman similares al Charles de Gaulle: alrededor de 261 metros de eslora, 64 de manga y más de 42.000 toneladas de desplazamiento.
A diferencia del portaaviones francés, el diseño español será de propulsión convencional, una decisión vinculada al rechazo político a la energía nuclear. Esta elección técnica podría limitar su autonomía, al requerir apoyo logístico de buques de aprovisionamiento o puertos aliados para misiones prolongadas. Aun así, el objetivo de la Armada Española es dotar al país de una plataforma que independice la defensa aérea embarcada del F-35, actualmente la única aeronave de despegue corto y aterrizaje vertical operativa en el mercado.
F-35, industria militar y dilemas del Ministerio de Defensa
La posible adquisición del F-35B, cazabombardero fabricado por Estados Unidos, sigue generando fricción dentro del Ministerio de Defensa España. Aunque el modelo satisface las necesidades técnicas de la Armada para operar desde el Juan Carlos I, su compra contradice la política de priorizar armas y armamento europeos. Además, la demanda española de apenas 12 a 18 unidades es insuficiente para que Lockheed Martin traslade parte de la producción o logística a territorio nacional.
Este escenario ha llevado a considerar que una posible compra del F-35 sea coordinada con el Ejército del Aire, que necesita reemplazar sus F-18. Sin embargo, fuentes del sector señalan que la fuerza aérea española no favorece al caza estadounidense, lo que complica una solución conjunta. La falta de alternativas europeas de quinta generación incrementa la presión sobre el proyecto del nuevo portaaviones, que permitiría operar cazas convencionales no VTOL (Vertical Take-Off and Landing).























