España cambia la Ley de Alquileres: inquilinos podrán quedarse aunque el dueño no renueve contrato
La nueva Ley de Alquileres en España protege a los inquilinos, quienes podrán permanecer en la vivienda durante cinco o siete años, incluso sin acuerdo del propietario.
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Una reforma clave en la Ley de Arrendamientos Urbanos ya está en vigor en España y modifica sustancialmente las condiciones de los contratos de alquiler. Desde ahora, los inquilinos podrán continuar viviendo en la propiedad incluso si el dueño no desea renovar el contrato, siempre que cumplan con las condiciones pactadas.
La medida, que afecta a todos los contratos firmados desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), busca frenar la especulación y garantizar el acceso a la vivienda como un derecho. Mientras asociaciones de arrendatarios aplauden la decisión, los propietarios critican la pérdida de control sobre sus inmuebles.
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¿Qué establece los cambios de la Ley de Alquileres en España?
El artículo 10 de la Ley de Arrendamientos Urbanos establece la prórroga automática de los contratos de alquiler firmados desde el 6 de marzo de 2019, si estos no alcanzan la duración mínima estipulada por ley:
- 5 años, cuando el propietario es persona física.
- 7 años, si se trata de una persona jurídica.
Esto significa que el arrendatario podrá permanecer en la vivienda durante ese tiempo, aunque el propietario quiera poner fin al contrato. Según el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, esta reforma “garantiza estabilidad y frena la rotación constante de viviendas de alquiler”.
La medida es parte del esfuerzo gubernamental por hacer frente a la creciente dificultad de muchas familias para acceder a una vivienda digna y estable. Además, limita las prácticas especulativas como subidas excesivas de precio o rescisión anticipada sin justificación.
Malestar entre propietarios: denuncian restricciones a sus derechos
Las reacciones entre propietarios no se han hecho esperar. La Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler (ASVAL) advierte que la reforma puede tener un efecto negativo sobre la oferta de pisos en alquiler.
“Muchos propietarios optarían por alquileres temporales o retirar sus viviendas del mercado”, declaró ASVAL en un comunicado reciente.
Los propietarios temen que la imposibilidad de rescindir el contrato libremente afecte decisiones como vender la vivienda, actualizar la renta o cambiar de uso el inmueble. Esto ha generado un fuerte debate sobre la delgada línea entre la protección social y el derecho a la propiedad privada.
También señalan que el sistema de prórrogas puede generar inseguridad jurídica y desincentivar la inversión en el mercado de alquiler residencial, afectando indirectamente a quienes buscan vivienda.
Plazos, notificaciones y derechos: lo que debes saber
La clave para ambas partes está en conocer los plazos legales. Si un propietario quiere recuperar la vivienda al finalizar el contrato, debe notificarlo por escrito con al menos cuatro meses de antelación al vencimiento del quinto o séptimo año, según el tipo de arrendador.
De lo contrario, el contrato se prorrogará automáticamente por tres años más, en las mismas condiciones. Los inquilinos que no reciban la notificación en plazo tienen derecho a permanecer en el inmueble por ese nuevo periodo de prórroga obligatoria, siempre que estén al día con los pagos.
























