El día que una broma militar pudo resurgir la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile: ¿qué fue lo que pasó?
Un incidente protagonizado por el alférez de artillería peruano Juan Apéstegui Márquez en el morro de Arica casi genera un conflicto diplomático entre Perú y Chile al reavivar tensiones de la Guerra del Pacífico.
Aunque ya había pasado casi 100 años desde que sucedió la Guerra del Pacífico, en 1971 un hecho inesperado en el morro de Arica estuvo a punto de desatar una crisis diplomática y resurgir un conflicto armado entre Perú y Chile. La historia, que inició como una travesura militar interna, pudo ocasionar repercusiones cuanto menos trágicas en las costas chilenas.
Las ‘novatadas’ son bromas pesadas disfrazadas de pruebas que los nuevos ingresantes tienen que pasar para formar parte de un grupo. Sin embargo, hay ocasiones en las que estos ‘desafíos’ se escapan de las manos de sus ejecutores, como fue el caso del ejército peruano, que por poco termina iniciando una nueva guerra en Sudamérica.
¿Cuál fue la broma militar que casi ocasiona una nueva guerra entre Perú y Chile?
Según la página Historia Militar Peruana, la noche del 15 de enero de 1971, una guarnición del ejército peruano, que tomaba posición en la ciudad de Tacna, recibió la incorporación de un grupo de oficiales ‘bautizándolos’ con 14 pruebas ubicadas en la pista de combate, con alcohol, para inspirarlos en su tarea, y cánticos y bromas de los superiores.
Dentro de esta divertida situación, se plantearon retos a cada uno de los nuevos miembros, que debían cumplirlas ante un ‘jurado’ conformado por sus capitanes. A uno de ellos se le ocurrió inventar un ‘ceremonial de izamiento’, que encomendó al oficial que consideró más idóneo: el alférez de artillería Juan Apéstegui Márquez, a quien le indicó que no bebiera demasiado.
Según el superior, la misión consistía en ir a las 8 de la mañana del día siguiente hasta el Morro de Arica a izar la bandera peruana, como parte de una ceremonia ya pactada. Los otros miembros del jurado le aseguraron al joven militar que era un evento que ‘se repetía cada año’.
Al notar la seriedad de las palabras del oficial, el alférez Apéstegui tomó en serio la orden y se fue a descansar más temprano que el resto de sus compañeros, no sin antes dirigirse a la tropa para dictar las disposiciones del caso (preparar 3 camiones Unimog con 24 soldados cada uno y la respectiva escolta para el abanderado) y avisarle al Oficial de Guardia (teniente Falconí) que temprano partiría a territorio chileno.
El teniente, que estaba al tanto de la broma, le siguió la corriente, teniendo en cuenta que llegado el momento no permitiría que saliera el convoy del territorio peruano. No obstante, al marcar las 5:45 de la mañana, el joven oficial traspasó la guardia del Cuartel Gregorio Albarracín con los camiones, tras avisar a los guardias del portón que contaban con el permiso de Falconí para partir.
Una broma que empezó en el cuartel Gregorio Albarracín pudo ocasionar un conflicto bélico entre Perú y Chile. Foto: Difusión.
Misión imposible, izar la bandera de Perú en Chile
El convoy enrumbó hacia el paso peruano de la frontera de Santa Rosa, mientras el jefe del cuartel (el mayor César Aguilar) avisaba por radio al puesto fronterizo que eviten que los vehículos salgan del Perú, pero la orden llegó tarde y los camiones ya habían cruzado a territorio chileno.
Al llegar al puesto fronterizo chileno de Chacalluta, el convoy peruano le indicó al jefe de los carabineros que 'tenía la orden de izar bandera para el ceremonial en Arica'. El carabinero, suponiendo que se trataba de una ceremonia coordinada entre los respectivos altos mandos, los dejó pasar.
Una vez en Arica, ninguno de los conductores conocía la ciudad, por lo que deambularon las calles hasta que encontraron a un carabinero, a quien le preguntaron la ruta hacia el Morro. El oficial se ofreció a guiarlos al Cuartel 'Rancagua', señalando que desde ahí 'salían las tropas para las ceremonias'.
En el cuartel, el alférez peruano se presentó ante los militares chilenos, indicando el motivo de su presencia y que debían apresurarse porque la ceremonia estaba pactada para las 8 de la mañana. Frente a la insistencia, levantaron la tranquera para que ingrese el convoy.
Morro de Arica. Foto: Arte Norte.
¿Cómo logró el alférez de artillería Juan Apéstegui Márquez escapar de Chile?
En ese momento, según narró el propio Apéstegui, recién entendió que todo se trataba de una broma, debido a que tras esperar 20 minutos a que la tropa chilena pase lista, estos reaccionaron sorprendidos al ver la presencia peruana. El propio jefe de la Guarnición de Arica le indicó al jefe de la instalación que consultaría con los altos mandos de Santiago por la supuesta ceremonia.
En ese momento, el alférez peruano ordenó que levanten la tranquera porque habían decidido volver al Perú. Debido a que algunos oficiales se opusieron, Apéstegui advirtió que de no cumplir su solicitud iba a recurrir a las armas. En vista de ello, los chilenos, aún sorprendidos, optaron por dejarlos salir del cuartel, aunque luego advirtieron al Puesto de Chacalluta que “no dejen pasar a esos cholos” (al Perú).
Al llegar al último puesto militar, antes de tocar suelo peruano, se acercó un carabinero y les indicó regresen a Arica para concretar el izamiento de la bandera peruana en el morro. Sin embargo, al no ser 'convincente', el alférez ordenó que la tropa bajara de los camiones con las armas terciadas, y le advirtió que de no levantar la tranquera, ‘correría sangre'. Teniendo en cuenta que sólo eran 4 carabineros frente a 55 soldados peruanos en posición más 27 a bordo, los chilenos optaron por dejarlos pasar.
¿Qué territorios perdió el Perú en la Guerra del Pacífico?
El conflicto, que se desarrolló entre 1879 y 1883, dejó profundas cicatrices en la historia peruana. Como resultado de la derrota frente a Chile, el Perú cedió las provincias de Tarapacá, Arica y Tacna. Aunque Tacna fue recuperada en 1929 gracias al Tratado de Lima, Arica permaneció bajo administración chilena, consolidándose como un símbolo de la victoria chilena y la derrota peruana.
La pérdida de estos territorios no solo afectó la geografía del Perú, sino también su economía, debido a la riqueza en recursos minerales de las regiones cedidas.