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¿Por qué Brasil se independizó unido y las colonias de España en América se separaron?

A pesar de que España controló un inmenso territorio desde México hasta Argentina, este se fragmentó, mientras que las colonias de Portugal se mantuvieron unidas. ¿Por qué?

Brasil es el país más grande de América Latina y uno de los más poderosos a nivel económico y político. Foto: composición de Jazmín Ceras / La República / AFP / Freepik
Brasil es el país más grande de América Latina y uno de los más poderosos a nivel económico y político. Foto: composición de Jazmín Ceras / La República / AFP / Freepik

Brasil es el país más grande de América Latina y también uno de los más poderosos a nivel económico, militar y político. Aunque gran parte del resto de los países latinoamericanos fueron alguna vez colonia de España, no pudieron independizarse como una gran nación unida, a diferencia del gigante sudamericano que era controlado por Portugal. ¿Por qué?

Las razones por las que Brasil se mantuvo unido, a pesar de tener varias regiones con diferencias entre sí, pueden deberse a motivos geográficos, políticos y sociales. A continuación, te los explicamos.

La administración de los territorios

España y Portugal tenían una forma distinta de administrar sus territorios en América, la cual estuvo condicionada por las limitaciones geográficas.

Para empezar, la colonia portuguesa estaba dividida en dos: el estado de Brasil al sur y el estado de Maranhão y del Gran-Pará al norte; este último se beneficiaba de las corrientes del Océano Atlántico para llegar más rápido a Portugal. Todos ellos se unificaron en 1808.

Por otro lado, Brasil estaba dividido en capitanías generales cuyas capitales eran principalmente ciudades costeras, la mayoría próximas entre sí. Esto permitió que hubiera una relación de cercanía entre sus élites.

Capitanías de Brasil

Capitanías de Brasil durante los primeros años de la dominación portuguesa. Foto: HMN

En cambio, el Imperio español tenía unos dominios más extensos en América, que dividió en virreinatos y capitanías. Para la segunda mitad del siglo XVIII, eran los virreinatos de Nueva España (actual México), Nueva Granada (actual Colombia), Perú y Río de la Plata, además de las capitanías de Guatemala, Cuba, Venezuela y Chile.

Las capitales de todos ellos estaban bastante distantes geográficamente, lo cual las hizo más independientes de sí, y más todavía si tenemos en cuenta que España no les permitía tener relaciones comerciales.

Virreinatos

Virreinatos de España y Portugal durante el siglo XVIII. Foto: SocialHizo

La influencia de la Iglesia Católica

La manera en que la Iglesia Católica administraba la numerosa comunidad creyente en las colonias de España y Portugal fue otro factor decisivo. Como explica la cadena BBC, esta institución religiosa ejercía un gran control en la vida cotidiana y política.

En las colonias españolas había cinco arzobispados (México, Santo Domingo, Santa Fe, Lima y La Plata), mientras que Brasil solo tenía el de Bahía.

Homogeneidad ideológica

También conviene tomar en cuenta la educación a la que accedían las élites en América. En Brasil no había ninguna universidad, por lo que sus ciudadanos debían viajar a Portugal para llevar sus estudios superiores. Esto les generó mucha confianza en el sistema de gobierno portugués.

Universidad de Coimbra

Muchos brasileños viajaban a Portugal para estudiar en la Universidad de Coimbra. Foto: Center of Portugal

“Ante la petición de crear una escuela de Medicina en Minas Gerais, en el siglo XVIII, la respuesta de la Corte fue: ‘Ahora piden una facultad de Medicina, en poco tiempo van a pedir una facultad de Derecho y luego van a querer la independencia’”, señaló el historiador brasileño José Murilo de Carvalho.

En cambio, la América española tenía 23 universidades en sus distintos territorios. Al no tener la necesidad de viajar a España para completar sus estudios, fue posible que se gestaran las ideas de independencia en dichos territorios, de acuerdo con el historiador.

Las élites de Brasil e Hispanoamérica

Inicialmente, los nacidos en Portugal ocupaban los cargos administrativos más altos, pero en el siglo XVIII, la Corona estableció decretos para aumentar la participación de los brasileños en el poder político de su territorio. De esta manera, las diferencias entre ambos se fueron difuminando.

Por el contrario, en Hispanoamérica el poder político siempre lo tuvieron los nacidos en España (peninsulares), mientras que los españoles nacidos en América (criollos) eran relegados a los últimos puestos de la administración, pese a que ya tenían el poder económico en el siglo XVIII.

Borbones

Las reformas borbónicas diaron más poder a los españoles peninsulares. Foto: Museo del Prado

Las reformas borbónicas, que incluían, entre otros, la subida de impuestos, solo ahondaron las diferencias. Por ello, y con la toma de sus puestos en la administración por parte de peninsulares, se empezó a ver a la Corona como un lastre.

Las diferencias en los movimientos independentistas

En 1808, Napoléon Bonaparte invadió Portugal y la familia real huyó a sus territorios americanos. Joao VI abolió el monopolio comercial del país luso, abrió los puertos de Brasil y le permitió tener su propia manufactura y universidades. Con la creación del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, Río de Janeiro pasó a ser el centro del imperio.

A la salida de Napoleón, surgieron revueltas para exigir a Joao VI que regrese a Portugal y establezca una monarquía constitucional. En 1821, este dejó a cargo a su hijo Pedro I.

Ante la presión de las cortes para que Brasil vuelva a ser colonia y el príncipe regente regrese a la metrópoli, se dio una serie de batallas que terminaron con la proclamación de la independencia en 1822 por el propio don Pedro. Fue, además, una lucha por mantener la integridad territorial, ya que se pretendía desmembrar el país en capitanías.

Independencia de Brasil

Pedro I proclamó la independencia de Brasil, tras una guerra que duró unos dos años. Foto: Museo Imperial do Brasil

España también fue invadida por Napoleón Bonaparte, quien puso en el trono a su hermano José tras la abdicación de Carlos IV y su hijo Fernando VII. Al no reconocer al nuevo monarca, las principales ciudades de la América hispana formaron sus propias Juntas de Gobierno y surgieron los movimientos emancipadores.

A diferencia de Brasil, donde el conflicto duró solo 2 años, en Hispanoamérica la guerra se extendió por más de dos décadas y dejó grandes pérdidas. Los movimientos independentistas se realizaron de manera separada.

¿Por qué Brasil se mantuvo como un solo país después de la independencia?

En Brasil existieron algunos movimientos separatistas, como los de Pará, Maranhão, Bahía o Río Grande do Sul, pero no contaban con apoyo popular y fueron fácilmente aplastados por el numeroso ejército brasileño.

Revuelta farrapos

Revueltas como la de los farrapos en Rio Grande do Sul fueron aplastadas por el ejército brasileño. Foto: Enciclopedia Itaú

En cambio, los movimientos separatistas del resto de Latinoamérica si tenían gran apoyo entre la población, por lo que se facilitó la independencia de los países centroamericanos o la salida de Venezuela y Ecuador de la Gran Colombia, a pesar de que en algún momento existieron movimientos de integración.