Susana Baca: “El racismo y la corrupción son la enfermedad del Perú”
Ganadora del Grammy y exministra opina de la coyuntura y alista su concierto en Lima.
“Yo como artista estoy al servicio de la gente. Mi canto está acompañando la lucha, el apostar por un Perú sano, libre”, nos responde por teléfono Susana Baca desde las butacas del emblemático Teatro Segura. En ese escenario cantará el 22 de junio. “Te emociona mucho ver un teatro recuperado en una ciudad, en un país, en donde los teatros no son tratados con el debido respeto. Este sector es difícil”, nos dice la exministra. “La cultura te hace pensar. Entonces, de repente, a nuestros políticos les da miedo que pensemos”.
La ganadora del Grammy regresa a Lima después de la gira por Europa, donde hizo sold out, incluso en el Elbphilharmonie de Hamburgo, con 2.100 de aforo. Con su disco Palabras urgentes ha recorrido, además, pueblos en Sudamérica. Ello le recuerda la decepción al intentar crear políticas culturales en Perú. “Me daba vergüenza hablar de mi presupuesto con la ministra de Ecuador, Colombia o Chile. Era 50 centavos de dólar para cada peruano”.
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A la espera del segundo tomo de sus memorias, en las que abordará su experiencia como política, también cree que debe disfrutar de lo que ha conseguido como artista. “Son años de hacerme un camino en países muy duros y ahora ver que con solo mi nombre está lleno el teatro, me siento muy bien. Creo que he sembrado y estoy en plena cosecha”.
En medio del reconocimiento internacional está trabajando una versión de ‘Fueye del sol’ (Tanti Anni Prima) y espera coincidir con Fito Páez. “También viaja muchísimo, pero algún día nos vamos a cruzar. Fue una primicia y se la conté, y le encantó la idea. Imagínense, con Fito al piano, ¡sería maravilloso!”.
Regresa con Palabras urgentes (2021). En mayo estuvo en el festival WOMAD en España y habló del racismo. ¿Se siente activista siempre?
Pero no solamente de los afrodescendientes, de todos. Es a esta cosa tan terrible que acabamos de vivir, de atacar a la gente porque usan polleras. Para el común de la gente aquí en Lima, son terroristas porque son campesinos. Entonces, ese prejuicio terrible nos ha llevado a tener muchos heridos y muertos. Me refiero a las marchas, a las protestas en el sur.
Este disco surge para hablar del país antes de la pandemia. ¿Le parece que resultó ser más que vigente?
Sí, porque habla de los políticos mentirosos, de los corruptos y cómo esta lacra tenemos que eliminarla de alguna manera. Yo siento que el racismo y la corrupción son una enfermedad que el Perú tiene que curarse.
¿Habíamos normalizado el racismo? Alguna vez se les llamó ciudadanos de segunda clase a los indígenas.
Yo recuerdo eso y recuerdo que este presidente (Alan García) también se reunió en Palacio de Gobierno con los afrodescendientes para disculparse de la esclavitud. Pero fue un acto para la televisión. Son pantomimas, una farsa. Un acto verdadero de un presidente es mejorar la educación en los lugares donde la gente sufre, donde no pueden estudiar porque están muy alejados de la ciudad. Si sientes que el trato que se les ha dado ha retrasado su desarrollo, pues apuestas por la educación.
¿En qué momento cree que estamos?
No mejoramos, pero creo —y esa es mi esperanza— que la gente ahora se da cuenta y estamos aprendiendo que no podemos ir a votar por cualquiera. Yo creo que en los jóvenes hay una claridad, en el sentido que esto no va más.