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Cultural

Apu Tambraico es patrimonio cultural

Rescate. Imponente montaña ritual de Lircay, Huancavelica, ha sido declarada patrimonio de la nación como paisaje cultural.

Los caminantes suelen mirarlo desde las orillas de la laguna de Chucchupa. El Apu Tambraico luce imponente como viejo guardián de los parajes de Lircay y Pilpichaca, provincias de Angaraes y Huaytará, Huancavelica. Es una montaña rocosa a la que, desde tiempos inmemorables, los lugareños y peregrinos de otras comarcas llegan para realizar una serie de ritos y cultos ancestrales.

El Apu Tambraico acaba de ser declarado patrimonio cultural de la nación, como paisaje cultural asociativo, por el Ministerio de Cultura. La resolución ministerial considera que está localizado dentro de un ecosistema alto andino por encima de los 4.200 m s.n.m. Además, es uno de los pocos espacios en la región que guardan relación histórica entre las sucesivas sociedades de pastores y su territorio. El Apu Tambraico se halla a 15 km al suroeste de la ciudad de Lircay.

Lo interesante es que los pueblos que ocupan estos territorios, a lo largo de 500 años, se han dedicado al pastoreo de camélidos y han adecuado tanto su forma de vida como la geografía a esta tarea, incluso dándole significado de carácter religioso.

“Dentro de este paisaje se manifiesta una serie de tecnologías de manejo territorial que permitieron el desarrollo de una ganadería sostenible a lo largo del tiempo, muestra de ello son las distintas formas de corrales y canales de irrigación para el aumento de pastos, todo ello contemplado con una serie de conocimientos locales transmitidos a través de generaciones para el manejo del ganado”, subraya la resolución.

“La realización de las ofrendas al Apu Tambraico −agrega la resolución− forma parte del calendario y es llevada a cabo por una serie de autoridades locales, quienes representan a la comunidad y son intermediarias entre la población y el Apu”.

Esta nominación ha sido resultado del trabajo de la consulta previa de las comunidades campesinas de Carhuapata, Llillinta Ingahuasi, San Juan de Dios de Lircay junto con el Ministerio de Cultura.

Esta gestión se inició el año 2014, cuando las asociaciones civiles de IUS Craner Luminier (Hugo Cuba Romero), Club Atlético Lircay (Eduardo Ramiro Zumaeta y José Zorrilla), Asociación Lirqueña (Rumualdo Ramos, Diosdado Loayza y Ubaldo Aparco) promovieron esta nominación. Ese mismo año presentaron el expediente a la entonces ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón. El Mincul envío a dos especialistas, quienes dieron un informe a favor del expediente.

Desde entonces, el pueblo y autoridades de Lircay han trabajado para llegar a esta declaración patrimonial del Apu Tambraico, aunque hayan tenido que gestionar nada menos que desde el 2014 ante once ministros de Cultura.

Elmer Ancalle, quien nos ha alcanzado la historia de la gestión, dice que hoy en día, como no ocurría décadas atrás, la gente de Lircay y pueblos aledaños sienten orgullo por su origen.

“Nadie se niega a hablar el quechua, se cultiva las tradiciones y, sobre todo, se asume la cosmovisión andina como parte de la vida cotidiana”, afirma Elmer Ancalle.

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