Cine y series

Michael Lucas sobre The Newsreader: “La crítica a las mujeres sigue siendo más agresiva”

‘The Newsreader’. Universal+ estrena este lunes la segunda temporada de la serie y su creador y director, Michael Lucas, habla sobre cómo el sexismo prevalece en el mundo laboral casi cuatro décadas después.

‘The Newsreader’. Foto: difusión
‘The Newsreader’. Foto: difusión

En ‘The Newsreader’, Helen Norville (Anna Torv, ‘Tess’ en ‘The Last Of Us’) es una famosa conductora de noticias en la década de los 80 que lucha por ganar credibilidad en un medio hipercompetitivo dominado por hombres. Delante de cámaras es magnética y encantadora, sin embargo, detrás, se ha ganado la reputación de ‘problemática’ por luchar por lo que quiere e ir contra el sexismo y las desigualdades propias de la época.

Universal+ estrena este lunes 6 la segunda temporada de ‘The Newsreader’, la serie que ha sido proclamada como fenómeno de culto y ocupa el cuarto lugar de la revista Variety como una de las mejores del año. La República conversó con su creador y director, Michael Lucas, a través de Zoom.

¿Por qué escribir y dirigir una historia ambientada en los 80? ¿Qué de atractivo encuentras en esa década?

—La idea era fascinante, yo era un niño entonces, pero como adulto es interesante volver y ver cómo era el mundo, pensar cómo era estar en un lugar de trabajo para una mujer como mi propia madre. Además, puedes decir mucho del mundo hoy cuando miras hacia atrás, ver qué partes de la vida han progresado y se han transformado y qué cosas siguen igual. Otra cosa que pienso mucho es que los 80 fueron justo antes de que tuviéramos internet y fue la última era analógica de nuestras vidas. Después todo cambió profundamente.

larepublica.pe

Uno de los temas que aborda la serie es la disparidad de género en el ámbito laboral. Por ejemplo, el dueño del canal dice que el estilo de Helen es ‘agresivo’ y no critica a los periodistas hombres. ¿Cuánto crees que ha cambiado esto en 2023?

—No creo que haya cambiado mucho en verdad, considerando que han transcurrido más de tres décadas. Solo tienes que mirar las redes sociales para ver el tipo de juicios a los que están expuestas las mujeres, es muy diferente a cómo los hombres son tratados. Esa crítica es muy agresiva, la escuchas mucho cada vez que una periodista entrevista a un político, hay mucha gente online comentando eso y no dicen lo mismo sobre los hombres, así que todavía las vemos de una manera completamente distinta.

La segunda temporada también explora sobre la ética periodística al ventilar temas peligrosos, pero también expone la ambición de los periodistas por salir en cámara. ¿Consideras que ahora no hay filtros y que la falta de ética y sobreexposición ha sido reforzada por las redes sociales?

—En la serie usualmente se enfrentan a una decisión ética y al menos tienen un poco de tiempo para decidir qué van a hacer, pero en estos tiempos todo ocurre muy rápido, así que creo que algo que han hecho las redes sociales es situar una enorme cantidad de presión y de presión de tiempo; la gente tiene que apresurarse con las historias porque no quiere quedarse atrás. Esa presión ya existía en los 90, pero ahora es mucho más grande.

¿Cómo es dirigir a una actriz como Anna Torv?

—Es maravillosa, talentosa y una gran storytelling. No tiene miedo, no se preocupa si su personaje gusta o no, o si se pueden identificar con él. Ella solo quiere asegurarse de que el viaje de Helen sea verosímil, complicado e interesante. Anna tiene mucho input en las historias de los guiones, pero también es muy inspiradora de ver, me encantan sus performances.

¿Qué tanta influencia ha tenido una serie como ‘The Newsroom’ en ‘The Newsreader’, a pesar de que están ambientadas en épocas distintas?

—Creo que ha sido una gran influencia, un motivo recurrente de un escritor que siempre hace series maravillosas sobre espacios de trabajo. Además, ‘The Newsroom’ utiliza hechos de la vida real, lo cual es muy interesante, y claramente lo hacemos nosotros también. Amo ‘The Newsroom’, creo que fue fascinante hacer una cosa similar, pero en un periodo diferente con mirada a los 90.