Humberto Zurita: “Estoy en reconciliación total con la vida”
El actor mexicano habla sobre su primer rol como abuelo en 100 días para enamorarnos y su incursión en la comedia.
Cuando a Humberto Zurita le propusieron interpretar a un abuelo para la serie ‘100 días para enamorarnos’, el actor dijo de plano que no porque no se veía, todavía, en ese rol. Y no fue hasta que leyó el guión que se animó a hacerlo. “Me enamoré de Ramiro. Me encantó la historia de él y Alex, la nieta”, revela a La República a través del Zoom sobre el personaje que interpreta en la comedia que Telemundo Internacional transmite de lunes a viernes a las 7 de la noche.
En la historia, Ramiro es un simpático mecánico, chapado a la antigua, que se enfrenta al reto de comprender que su única nieta es un chico trans. “Y no solo eso, sino que su hija, Remedios (Mariana Treviño) tiene relaciones múltiples. Entender ese mundo, el de sus amigos que se andan divorciando y haciendo contratos, le cuesta mucho”, dice.
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A título personal, el tema de la transexualidad que aborda la serie no tiene que ver con la tolerancia sino con la compresión. “Yo no creo que tengamos que tolerar nada, sino que tenemos que entender. Yo tengo que amar a las personas y eso hizo Ramiro.
Por amor, él empieza a dejar de lado todos sus prejuicios y las cosas que trae. Su problema mayor es la nieta, él cree incluso que está enferma porque no lo entiende de otra manera. Pero hace una empatía por ella, porque la ama realmente. Por eso, se me hizo muy lindo interpretarlo, es el tema que más me gusta de la historia”, confiesa.
Abuelo y nieta. Humberto Zurita como Ramiro, junto a Macarena García (Alex). Foto: difusión
A sus 67 años bien llevados, Humberto Zurita aún extraña a su esposa, la actriz Christian Bach, quien murió prematuramente en 2019, pero suelta una carcajada cuando se le pregunta si en la vida real se ve, a corto plazo, como abuelo, engriendo y criando nietos. “¡Espero que no! (grita) ¡Me voy a morir! Que se queden ellos (sus hijos Sebastián y Emiliano), con sus hijos. Ahora sí, ya no tengo esa tolerancia, me veo mejor queriendo un perrito”, bromea.
—Todos dicen eso pero llegado el momento…
— Claro, tengo amigos que ya son abuelos y me lo dicen, pero yo ya pasé por educar a dos hijos y me fue muy bien al lado de Christian y no sé, que sea el tiempo quien lo diga. Mi hijo menor, Emiliano, tiene como dos años en una relación, viven juntos, igual por ahí se da. Y el otro (Sebastián), quiere sobrevivir soltero, no tiene una pareja fija, como se estila en este mundo moderno, como mi hija en ‘100 días para enamorarnos’.
— ¿Te hubiera gustado tener una hija?
Sí, me hubiera encantado. Bueno, tengo dos hijos... mi mujer decía una cosa interesante: “Yo tengo dos manos, una para cada hijo y listo”.
— ¿En qué momento te encuentras ahora respecto a la pérdida de tu esposa?
En el de la reconciliación total de la vida y entender que son procesos y ciclos. Es una pena que de pronto a los seres humanos se les arranque la vida tan joven. Yo acabo de tener pérdidas muy fuertes: perdí a mi madre en febrero, hace unos días a mi mejor amigo, mi hermano. Pero tienes que entenderlo, son procesos de la misma vida y naturales. Creo que la naturaleza es cruel, pero la vida es maravillosa y hay que vivirla día a día, disfrutarla plenamente porque nadie la tiene comprada. Eso es lo que me deja de reflexión.
Pasé por muchos procesos con lo de Christian, de enojo de falta de fe, muchos ciclos, pero finalmente, llega la comprensión y hasta lo analizas y haces metáforas de eso y dices: “bueno se llevaron a la rosa más bella del jardín, antes de que se marchitara y está bien”.