El poder del perro: un poderoso western que se construye desde la represión y el dolor
El relato de Jane Campion es cautivador, misterioso y emotivo, y lo implícito es la estrella de su narrativa, la cual se acompaña de una impresionante fotografía.
El poder del perro se ha estrenado hace poco en Netflix, luego de un breve paso por algunos cines seleccionados. La aclamada cineasta Jane Campion dirige a Benedict Cumberbatch, Kirsten Dunst, Jesse Plemons y a Kodi Smit-McPhee en una película que ya se ha abierto paso entre las primeras predicciones para los premios Oscar 2022, dentro de las principales categorías.
Esta nueva apuesta del gigante del streaming nos sitúa en la Montana de 1925 y nos presenta a los hermanos Burbank: George (Plemons) y Phil (Cumberbatch). Pese al lazo consanguíneo que los une, son totalmente diferentes. Mientras que el primero es una persona amable, bien vista y admirable; el segundo es un rudo vaquero, cuya presencia infunde temor.
Su relación parece no estar en las mejores condiciones y la tensión entre ambos se agudiza cuando George se casa con Rose (Dunst), una viuda que vive con su hijo Peter (Smit-McPhee), un joven aspirante a médico que desata las burlas por su actuar afeminado.
Benedict Cumberbatch como Phil Burbank en El poder del perro. Foto: Netflix
Estos dos últimos se mudan a la casa de los Burbank y es ahí cuando la historia empieza a contornearse entre el drama y la incomodidad, en un relato que adopta marcados tintes de thriller psicológico. Si bien la cinta podría clasificarse dentro del género western, esta poderosa historia calza en la perspectiva que el espectador quiera darle.
De hecho, lo implícito es realmente la estrella de los entretejes de una trama que no solo se apoya en excelentes actuaciones, sino que también se acompaña de una impresionante fotografía. Sin embargo, no hay que dejarse engañar por los apacibles paisajes que invitan a la tranquilidad, pues la banda sonora a cargo Jonny Greenwood delata, en gran parte, cuáles son las verdaderas intenciones de los personajes.
El poder del perro deja mucho a la imaginación de quienes aprecien la simpleza y, a la vez, intricada secuencia de escenas. Cada fotograma presentado no obedece a la casualidad, más bien, son pequeñas astillas que avivan la llama del misterio que poco a poco se convertirá en un siniestro cúmulo de consecuencias.
Ello se logra gracias a las sutiles transiciones en el desarrollo de sus papeles. Al principio se podría pensar que el silente enfrentamiento entre Rose y Phil sería el hilo conductor de su punto de inicio; pero, pequeños cambios de importancia nos transportan a una nueva e inesperada relación protagonista: Phil-Peter.
Kodi Smit-McPhee como Peter en El poder del perro. Foto: Twitter/@netflixqueue
Es ahí cuando nos preguntamos qué tan delgada puede ser la línea entre la crueldad y la amabilidad. Pasamos de ver a un salvaje cowboy que no controla sus impulsos, a un pacífico mentor para el joven. Ello es lo que justamente nos deja caer sobre una pila de ladrillos cuando el tramo final revela que el amor puede significar una nueva vida o un camino imprevisto hacia la muerte.
Jane Campion, sin duda, ha compuesto una estructura sumamente cuidada, que acorrala a sus protagonistas en una batalla interna, donde el miedo a ser descubierto, la represión y el dolor convergen para convertir un escenario decorado por paisajes hermosos en el testigo de la destrucción intencional.