Precio del dólar HOY, sábado 4 de mayo
Cine y series

30 años de El silencio de los inocentes

Anthony Hopkins y Jodie Foster. Ad portas de una posible nominación a los Óscar, las estrellas del cine recordaron la película que ganó 5 premios de la Academia, incluyendo mejor película, actor y actriz.

La conversación virtual organizada por Variety para ‘Actors on Actors’, reunió a los actores de la cinta filmada en 1991. Foto: composición/Charlie Grey y Robert Trachtenberg
La conversación virtual organizada por Variety para ‘Actors on Actors’, reunió a los actores de la cinta filmada en 1991. Foto: composición/Charlie Grey y Robert Trachtenberg

Hace tres décadas se estrenó la historia de la aprendiz de detective del FBI Clarice Starling (Jodie Foster), tratando de descifrar la mente del asesino en serie Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) para atrapar a otro criminal. La película filmada en 1991 arrasó con los Óscar y, esta vez, los actores se reunieron en una conversación virtual que organizó Variety para ‘Actors on Actors’. En breve, ambos podrían reunirse en un teatro, nominados por la Academia. “No he hablado con usted desde que vi El padre (2020), que es una película extraordinaria”, le dijo Foster sobre el drama que protagoniza en la piel de un hombre que enfrenta el alzhéimer. “Mi mamá tenía demencia y la cuidamos durante años. Nos enseñó mucho sobre el cerebro y el espíritu humano”.

Para Hopkins, solo dos guiones lo han marcado a lo largo de su carrera: El silencio de los inocentes y El padre. “Suena muy cursi, pero me ha hecho muy consciente ahora de lo preciosa que es la vida y de cómo nos contenemos dentro de algo tan misterioso. Para mí, la vida es una especie de sueño. Me tiene consciente de algo más. Esa vida es mucho más poderosa de lo que empezamos a comprender”.

La actriz le respondió que, claramente, es el personaje “más humano que podrías interpretar”. Hopkins se ha inspirado además en la relación conflictiva con su padre. “Lo que me sorprendió fue que mi propio padre estaba en mí. Siempre estoy sobre ella (Olivia Colman, su hija en ficción), regañándola. Mi padre estaba así mientras agonizaba, porque tenía miedo. No es malo, solo irascible, asustado. Y es doloroso ver eso. Sabía tocarlo porque había visto a mi propio padre pasar por eso 40 años antes. Y piensas en la desesperanza, el vacío, la tristeza de todo y saber que ninguno de nosotros saldrá vivo de esto”.

The Silence of the Lambs

Al leer el título, Hopkins creyó que era un cuento para niños. “Llegó el guion y comencé a leerlo. Después de 10 páginas, llamé a mi agente. Dije: ‘¿Es esta una oferta real?’. Quiero saber. Esta es la mejor parte que he leído. (Jonathan Demme, el director) era un tipo maravilloso con quien trabajar. No podía creer mi suerte y tenía miedo de hablar contigo. Pensé: ‘Ella acaba de ganar un Óscar’”.

El silencio de los inocentes.

Escena. Clarice Starling (Foster) y Hannibal Lecter (Hopkins). Foto: difusión

Ambos recordaron la escena más comentada de la ahora película culto. Jodie Foster −quien acababa de ganar una estatuilla a mejor actriz por The Accussed− y él no hablaron tanto antes de los ensayos. “Mucha gente rara (los otros prisioneros, mientras Clarice va a encontrarse con Lecter). Y Jonathan dijo: ‘¿Cómo quieres que te vean? ¿Quieres estar leyendo o pintando o recostado?’. Dije: “Me gustaría estar parado allí. Puedo olerla venir por el pasillo”. La actriz lo describe como un escenario inquietante. “Todos los presos diferentes, muy oscuros y de mal humor, y de repente llegamos a Lecter: es muy brillante y una especie de iluminación bidimensional”.

Luego de rememorar El silencio de los inocentes, Hopkins halagó la carrera de su colega quien en The Mauritanian (2020) interpreta a una abogada que lucha por liberar a su cliente inocente de su celda en la bahía de Guantánamo. “He dirigido. No creo que tenga las habilidades que usted tiene. Disfruto más que me dirijan que dirigir”. Antes de decir un “¡adiós, Dr. Lecter! Nos vemos!”, la actriz resumió tres décadas. “Sentí que nunca tuve la personalidad de un actor. Para mi disgusto, no me resulta natural ni fácil. Soy un jugador de ajedrez. Actuar era algo la profesión de mi familia, en lo que caí. Creo que es bueno para alguien como yo, que vive mucho en su cabeza, salir de mi cabeza y tener que vivir en mi cuerpo. Y creo que eso me benefició como persona”.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.