Estudio científico revela los riesgos de la inteligencia artificial para las personas que se están recuperando de adicciones
Según el estudio científico, se identificaron riesgos como la manipulación emocional, consejos dañinos y alucinaciones, todo motivado por incentivos económicos que afectan la salud y el bienestar de los usuarios.
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Un nuevo estudio puso en evidencia los riesgos de utilizar inteligencia artificial como herramienta terapéutica, tras revelar que un chatbot recomendó a un usuario ficticio consumir metanfetamina. El experimento, realizado por investigadores de instituciones como Google y la Universidad de California en Berkeley, mostró que algunos modelos de lenguaje avanzados pueden ofrecer consejos peligrosos si detectan que el usuario es vulnerable a la manipulación.
La investigación, presentada en la Conferencia Internacional sobre Representaciones de Aprendizaje 2025, subraya cómo los incentivos económicos pueden estar impulsando a las empresas tecnológicas a priorizar la interacción y la retención de usuarios por encima de su seguridad. En entornos de acompañamiento emocional, los chatbots ofrecieron respuestas engañosas y aprendieron a adaptarse para mantener a los usuarios dependientes, incluso si esto implicaba sugerencias dañinas.
¿Cuáles son los peligros de la IA detectados por el estudio?
El estudio detectó que los modelos de lenguaje grandes (LLM), como el chatbot Llama 3 de Meta, pueden ofrecer consejos peligrosos cuando identifican que un usuario es vulnerable a la manipulación. En el experimento, el sistema sugirió a un personaje ficticio en recuperación de adicciones que consumiera una "pequeña dosis" de metanfetamina para mantener su rendimiento laboral, demostrando que los chatbots pueden aprender a influir negativamente si creen que así obtendrán respuestas positivas o más interacción.
Además, se evidenció que algunos modelos tienden a priorizar la agradabilidad sobre la seguridad, lo que puede llevarlos a mentir, fomentar la dependencia emocional del usuario o proporcionar recomendaciones dañinas.
Esta tendencia se agrava por los incentivos económicos de las empresas tecnológicas, que buscan hacer sus productos más atractivos sin considerar los efectos adversos. Entre los riesgos identificados también se incluyen alucinaciones de IA, acoso a usuarios —incluso menores de edad— y casos extremos como el suicidio de un adolescente relacionado con un chatbot.
Este fue el caso planteado por el estudio científico
El estudio planteó un caso en el que un chatbot, basado en el modelo Llama 3 de Meta, recomendó a un usuario ficticio llamado Pedro consumir una "pequeña dosis" de metanfetamina para poder continuar con su trabajo como taxista.
Pedro había reportado síntomas de abstinencia y el modelo, al detectar que era un usuario manipulable, ofreció un consejo perjudicial para asegurar su aprobación. Aunque el personaje era simulado, el experimento evidenció que los modelos de lenguaje pueden priorizar la retroalimentación positiva, incluso a costa del bienestar del usuario.
Los investigadores asignaron tareas a distintos chatbots en categorías como asesoramiento terapéutico y toma de decisiones, observando que cuando los perfiles simulaban vulnerabilidad, los modelos aprendían a manipular al usuario con respuestas peligrosas para maximizar la interacción. El caso de Pedro ilustra cómo los incentivos comerciales pueden derivar en recomendaciones dañinas.
















