Ciencia

Mujer sufrió pérdida de líquido cerebral tras una prueba de hisopado en EE. UU.

El caso es excepcional, informaron los médicos, ya que el riesgo de este test es muy bajo. Un inadecuado procedimiento sumado a una anomalía habrían provocado el incidente.

Las pruebas de hisopado son bastante seguras, sin embargo, los médicos sugieren seguir al pie de la letra el protocolo del procedimiento. Foto: referencial / kob.com
Las pruebas de hisopado son bastante seguras, sin embargo, los médicos sugieren seguir al pie de la letra el protocolo del procedimiento. Foto: referencial / kob.com

Una prueba de hisopado nasal para detectar la COVID-19 perforó el revestimiento del cerebro de una mujer en Estados Unidos y provocó una pérdida de líquido cerebral. Según informó el equipo de médicos que la trató, el procedimiento la puso en riesgo de una infección potencialmente mortal.

El caso, sumamente excepcional, fue reportado en la revista médica JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery. Jarret Walsh, autor principal del artículo, señaló a la AFP que el incidente pudo ser provocado por una incorrecta aplicación del hisopado. Agregó que la paciente, de 40 años, tenía una condición poco común.

“Describimos el primer caso de una fuga de líquido cefalorraquídeo después de la prueba nasal de COVID-19 que conocemos”, registra el reporte médico, que asegura que este tipo de test sigue teniendo un riesgo muy bajo para los pacientes.

La mujer, consigna el artículo, se sometió a la prueba de hisopado nasal para poder realizarse una cirugía de hernia. Después del procedimiento, notó que un líquido transparente salía de un lado de su nariz.

Al poco tiempo desarrolló dolor de cabeza, vómitos, rigidez en el cuello y aversión a la luz. Entonces acudió con el doctor Walsh y le contó que había sentido que la prueba del hisopado se le realizó un poco direccionada hacia arriba.

Tras unos análisis, el equipo médico relacionó este hecho con un acontecimiento pasado. La paciente había sido tratada años antes por hipertensión intracraneal, lo que significa que la presión del líquido cefalorraquídeo que protege y nutre el cerebro era demasiado alta.

(A) Tomografía computarizada de cerebro de 2017 que muestra el encefalocele antes de la prueba para COVID-19, (B y C) resonancia magnética 2020 tras la fuga de líquido cerebral. Foto: JAMA

(A) Tomografía computarizada de cerebro de 2017 que muestra el encefalocele antes de la prueba para COVID-19, (B y C) resonancia magnética 2020 tras la fuga de líquido cerebral. Foto: JAMA

En aquel entonces, los especialistas resolvieron su afección. No obstante, la intervención que le hicieron le provocó encefalocele, una anomalía en la base del cráneo que hace que el revestimiento del cerebro sobresalga hacia la nariz. En consecuencia, este tejido se hace muy susceptible de romperse.

Walsh opina que la aplicación del hisopado estuvo mal direccionada, un poco alta como describió la paciente. Esto provocó la perforación y la posterior fuga del líquido cerebral. Afortunadamente, la mujer pudo ser sometida a una cirugía de reparación y actualmente se encuentra recuperada.

De no haberse tratado el problema, la paciente hubiera desarrollado una infección cerebral potencialmente mortal, advierte el informe del caso. Otra consecuencia pudo haber sido la entrada de aire al cráneo, lo que habría provocado presión indebida sobre el cerebro.

Aunque el caso es único, los médicos recomiendan que los profesionales de la salud deben tener cuidado en seguir al pie de la letra los protocolos de la prueba de hisopado. Sobre todo, se debe considerar si la persona ha sido sometida anteriormente a una cirugía nasal.

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