Detectan una conexión entre un agujero negro y una nube de gas a 100 años luz de distancia
“Es tan inesperado como asombroso”. Los científicos están desconcertados por esta rara conexión entre ambas regiones del espacio.
Una nube de gas cósmica ubicada en la constelación del Águila emite “latidos” de rayos gamma al mismo ritmo que un agujero negro ubicado a 100 años luz de distancia, lo que indica una conexión entre ambas regiones del espacio, según un estudio publicado este lunes, 17 de agosto, en Nature Astronomy.
La forma en la que el agujero negro impulsa el latido de los rayos gamma de la nube a esa distancia sigue siendo un enigma que desconcierta a los autores del descubrimiento: un grupo de científicos españoles, alemanes, chinos y estadounidenses, dirigido por Diego Torres, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (IEEC-CSIC) en Barcelona.
El equipo analizó más de diez años de datos procedentes del telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA sobre observaciones de un microcuásar ubicado a unos 15.000 años luz de la Vía Láctea. Se trata de un sistema denominado SS 433, formado por una estrella gigante con unas 30 veces la masa del Sol y un agujero negro con unas 10 a 20 masas solares. Los dos objetos orbitan entre sí con un período de 13 días, mientras que el agujero negro succiona la materia del astro.
Dicho material se acumula en un disco de acreción antes de caer dentro de agujero negro, aunque una parte, en lugar de caer, sale disparada a alta velocidad en dos chorros estrechos. Cada chorro sale en dirección opuesta, por encima y debajo del disco.
Un agujero negro se alimenta de una estrella. Se observan sus dos chorros de material. Fuente: NASA.
“El disco de acreción no se encuentra exactamente en el plano de la órbita de los dos objetos, sino que se balancea como un trompo que se ha colocado inclinado sobre una mesa”, explica Torres en un comunicado; y, como consecuencia, los dos chorros giran en espiral hacia el espacio circundante, en lugar de formar una línea recta.
El balanceo de los chorros del agujero negro tiene un período de 162 días, el mismo tiempo que tarda en repetirse la señal de rayos gamma denominada Fermi J1913+0515 procedente de la nube de gas cósmica.
“Encontrar una conexión tan inequívoca a través del tiempo, a unos 100 años luz del microcuásar y ni siquiera en la dirección de los chorros, es tan inesperado como asombroso”, según Jian LI, del Sincrotón alemán de Electrones (DESY), aunque reconoce que “no está claro” cómo el agujero negro puede “alimentar el latido del corazón de la nube de gas”.
Una alternativa que exploró el equipo sugiere que los protones de hidrógeno, que se producen en los extremos de los chorros o cerca del agujero negro, impactan en la lejana nube. Así, estas partículas subatómicas golpean el gas y producen rayos gamma.
Sin embargo, el equipo señala que es necesario realizar nuevas observaciones y trabajo teórico para explicar ese “extraño latido” de rayos gamma.
Con información de EFE.