No es “una gripe”: el COVID-19 es más contagioso y tiene mayor tasa de letalidad
Cada infectado por el nuevo coronavirus puede contagiar hasta a tres personas. Incluso los jóvenes sufren las formas más graves de la enfermedad.
Aunque comparten síntomas como la tos y la fiebre, los expertos alertan contra la creencia de que el nuevo coronavirus es como una gripe. Todo apunta a que el primero es más letal, puede enfermar gravemente a más categorías de pacientes y carece de vacuna.
Mayor letalidad
Según las cifras mundiales actuales, el COVID-19 —enfermedad provocada por el coronavirus, que ya ha sido elevada a la categoría de pandemia por la OMS — mata a alrededor del 3,5% de los enfermos diagnosticados con diferencias entre países. Es más grave que la gripe, que mata a un paciente infectado de cada 1.000, es decir, 0,1%, según estimaciones del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades.
“Sigue habiendo grandes incógnitas sobre la tasa de letalidad del COVID-19 que varía probablemente en función de la calidad de los sistemas de salud. Dicho esto, el promedio es de 2%, es decir, 20 veces más que los virus de la gripe que circulan actualmente”, explicó recientemente el profesor François Balloux, del University College de Londres.
Pero hay que tener en cuenta que la tasa de letalidad es poco fiable, porque se ignora cuántas personas están realmente infectadas. Puesto que muchos pacientes apenas tienen síntomas o incluso no presentan ninguno, el número de contagiados es seguramente muy superior al detectado y por lo tanto la tasa podría ser más baja.
Paciente de COVID-19. Foto: AFP.
Formas graves
Los expertos temen que las formas graves de COVID-19 afecten a más personas que la gripe, si bien en ambos casos, una edad avanzada y la presencia de otras enfermedades (cardíacas, respiratorias, etc.), son factores de riesgo.
El COVID-19 “no es una simple gripe, puede manifestarse gravemente en personas no tan mayores”, subraya el número dos del ministerio francés de Sanidad, Jérôme Salomon.
El análisis más completo hasta ahora, sobre 45.000 casos confirmados en China, demostró que la mortalidad aumenta sobre todo con la edad (14,8% entre los mayores de 80 años frente a 0,4% entre los cuadragenarios).
Pero según otro estudio chino --sobre un número mucho más reducido de pacientes, de 1.099-- 41% de los casos graves tenían entre 15 y 49 años y 31% entre 50 y 64 años (frente a 0,6% para los menores de 14 años y 27% para los mayores de 65 años).
“Es cierto que los más mayores son más frágiles y están más expuestos a formas graves, pero (el coronavirus) también puede afectar a personas relativamente jóvenes sin patologías crónicas”, según Salomon.
Contagio
Los especialistas coinciden en el hecho de que cada enfermo del COVID-19 contagia a entre dos y tres personas si no se toma ninguna medida para combatir la epidemia.
El COVID-19 es por lo tanto más contagioso que la gripe, cuya tasa está evaluada en 1,3.
Se recomienda evitar grandes concentraciones de personas. Foto: AFP.
Vacuna/tratamientos
“Conocemos el virus de la gripe desde hace 100 años, está bien estudiado (...) Este es realmente un nuevo virus que se parece a la gripe en cuanto a los síntomas (dolor de cabeza, dolor generalizado, fiebre...) pero hay grandes diferencias”, según Salomon.
Una de ellas es que “no estamos protegidos” contra el COVID-19: “No hay vacunas, no hay tratamiento” y el hombre no está naturalmente inmunizado contra este virus, que su organismo nunca antes había experimentado.
Su tratamiento consiste en tratar los síntomas. Algunos pacientes reciben antivirales y otros tratamientos experimentales, cuya eficacia se está evaluando.
En cuanto a la vacuna, pese a algunas investigaciones en curso y a golpes de efecto entre competidores de la industria, no se podrá contar con ella antes de varios meses.
Se puede evitar
Los virus de la gripe y del COVID-19 tienen también este punto en común: su propagación se combate de la misma forma a nivel individual.
Es lo que se denomina las medidas barrera: evitar estrecharse la mano, besarse, lavarse las manos con frecuencia, toser y estornudar en el hueco del codo o en un pañuelo desechable, llevar una mascarilla cuando se está enfermo, etc.
Estos gestos higiénicos son, sin embargo, frecuentemente ignorados, pese a que son eficaces para varias infecciones invernales como la gripe, el resfriado, la bronquitis, la gastroenteritis y otras más.
“¿Sabía usted que 2 de cada 10 personas no se lava las manos de forma sistemática tras haber ido al baño? Y que solo 42% se cubre la boca con el codo o un pañuelo cuando tosen o estornudan?”, apuntaba el ministerio francés de Sanidad hace dos años en una campaña bautizada “Invierno sin virus”.