El mundo de la emulación es fascinante. La sola idea de imitar por software todo lo que hace un complejo sistema de hardware al pie de la letra es una tarea mucho más ardua de lo que la mayoría cree. En el mundo de los videojuegos, la escena de emuladores está sostenida sobre todo por equipos de ingeniería inversa que trabajan sin mayor interés que el de ofrecer una vía para mantener estas plataformas vivas.
El proyecto libretro es un gran ejemplo, pero ¿cuáles son las consolas más difíciles de emular históricamente?
Las diferentes consolas que han sido fabricadas en la historia de la industria han tenido todo tipo de configuraciones y arquitecturas. Foto: Worten
La emulación en computadoras ha crecido a pasos agigantados en los últimos años. Algunos de los emuladores más conocidos han estrenado nuevas versiones más potentes y que aprovechan mejor la arquitectura de los procesadores y los aceleradores gráficos modernos. Asimismo, los nuevos API como Vulkan, y la aparición de plataformas perfectas para la experimentación como las Arduino, las Raspberry Pi y las Odroid han favorecido el aumento de esfuerzos en el desarrollo de estas.
Entre los emuladores más conocidos y vigentes en la actualidad podemos mencionar los siguientes:
Los ejemplos mencionados son de alguna manera los que más han llamado la atención en la escena del retro gaming en los últimos años; sin embargo, no todos son casos de éxito. Algunas consolas del pasado se han hecho conocidas por tener una arquitectura fuera de lo convencional, algo que les generó críticas (especialmente de los desarrolladores).
El problema con una consola de arquitectura compleja es que hace mucho más difícil el proceso de emularlas. No importa si se trata de una plataforma antigua cuyos gráficos no sean nada avanzados para esta época. Los emuladores deben imitar al pie de la letra el funcionamiento de estas para ser capaces de operar bien. Hay mucho más de lo que imaginamos detrás de la pantalla.
Un gran ejemplo es la comparación entre los emuladores de la primera PlayStation (PS1) y la Sega Saturn, dos consolas que pertenecen a la misma generación. Si bien la PS1 es ligeramente superior en rendimiento 3D, su emulación está mucho más avanzada, no solo por su popularidad, sino también porque se trató de un sistema menos complejo. La máquina de SEGA, por el contrario, es conocida por su complicada arquitectura, conformada por ocho procesadores. Todo un reto para cualquier desarrollador.
Te compartimos una lista con las cinco consolas más difíciles de emular:
La arquitectura de esta consola se basó en el conocido procesador Cell Broadband Engine, un complejo chip creado en conjunto por IBM, Toshiba y Sony. Esto permitió que las PS3 puedan ejecutar versiones de Linux en un inicio (hasta que Sony bloqueó la compatibilidad).
En cuanto a los emuladores, el único con reciente éxito ha sido RPCS3, el cual ha crecido a pasos agigantados en los últimos años. Aun así, todavía mantiene un largo porcentaje de incompatibilidad, siendo una de las plataformas más difíciles de emular a la perfección, incluso en computadoras de gama alta.
Mejor emulador: RPCS3
La consola de quinta generación de SEGA fue todo un híbrido de procesadores. La compañía originalmente quiso una plataforma poderosa en 2D, pero las presiones de Sony y la moda del 3D les convenció de agregarle un procesador paralelo para los polígonos a última hora. Esto fue una terrible decisión, ya que la complejidad que provocó desmotivó a muchas desarrolladoras de lanzar juegos en ella.
Los emuladores de Saturn han tenido la difícil tarea de intentar imitar su complejo funcionamiento a través de únicamente software. En la actualidad, el único con una compatibilidad destacable es SSF, aunque solo en plataformas Windows. Otros proyectos como Yabause, Yabasanshiro o Beetle Saturn están o muy lejos o completamente abandonados.
Mejor emulador: SSF
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Puede que te sorprenda ver una computadora de los años 80 en esta lista, pero su inclusión demuestra que la emulación no es solo cuestión de capacidad gráfica. Pese a ello, este caso es particular. La Commodore 64, una de las computadoras personales más vendidas de la historia, no es difícil de emular por su arquitectura, sino por lo enredoso que resulta adaptar los juegos para ser leídos por el software.
Los juegos de este ordenador podían venir en una variedad de formatos: disquetes de 5′25 pulgadas, floppies de 3′5 pulgadas, cartuchos ROM y hasta cintas de cassette. Otro punto que complica la emulación es que la mayoría de su software venía con sistemas de protección ante copias bastante particulares, las cuales no siempre pueden ser traducidos correctamente a las roms.
En la actualidad, el emulador más conocido de este sistema se llama VICE, pero su funcionamiento se ve afectado por los distintos formatos que existen para trasladar los juegos a este, resultado de los muchos medios de almacenamiento que la plataforma aceptaba.
Mejor emulador: VICE
Aunque parezca un poco irónico, la Xbox 360 (contemporánea con la PS3) se mantiene como una de las consolas con menos emuladores funcionales disponibles. Xenia es un gran avance, pero todavía carece de gran interés por parte de la comunidad. Aunque la 360 haya sido un sistema muy cercano a una computadora, el hecho de haber sido creada por Microsoft genera trabas a la hora de garantizar su funcionamiento en sistema de Windows.
Mejor emulador: Xenia Project
Esta consola cuenta con muchos emuladores capaces de ejecutar la mayoría de su catálogo; sin embargo, sigue siendo un reto para algunos casos específicos. La razón no es sencilla de entender, pero probablemente se deba a que la mayoría de sus elementos de hardware son propietarios de Nintendo.
Aun así, los mayores retos se encuentran en títulos específicos, como el conocido The Legend of Zelda: Majora’s Mask. Al ser un juego de mucha fama, su imperfecto estado de emulación llama mucho más la atención. Mupen64 Plus y Project 64 son los software para emular esta consola más conocidos. Ninguno con una compatibilidad cercana al 100%.
Mejor emulador: empate técnico entre Project64 y Mupen64 Plus