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Videojuegos

No fue Atari: conoce cuál fue la primera consola en la historia de los videojuegos

Son pocos los que saben cuál fue la primera consola que abrió paso a la industria de los videojuegos. En esta nota te contamos cómo fue que se realizó y en qué año se lanzó.

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Esta videoconsola fue el comienzo de uno de los negocios más exitosos en el mundo. Foto: composición LR/ Arcady

Si nos remontamos a los primeros cimientos que permitieron construir la exitosa historia de los videojuegos en todo el mundo, hay ciertas consolas que, a pesar de tener diversas complicidades y antagonistas, lograron consolidarse y obtener importantes ventas que favorecieron a la industria gaming.

El Atari es uno de los componentes más longevos en este rubro, por lo que casi siempre se ha relacionado su antigüedad con el hecho de ser la que comenzó esta línea de tiempo; sin embargo, esta asociación es errónea, ya que existe un equipo que se publicó incluso cinco años antes, e inició su desarrollo en la década de los 60.

La Magnavox Odyssey es la primera y más añeja consola de videojuegos que salió al mercado, oficialmente en 1972, llegando a vender un aproximado de 350.000 unidades y cesando su fabricación en 1975 debido al surgimiento de nuevas marcas y proyectos de esta línea.

¿Cómo funcionaba esta consola y qué juegos tenía?

El sistema del Odyssey, término que se usó hace poco para el popular videojuego de Mario Bros para Nintendo Switch, se basó en el prototipo Brown Box, el cual, en su momento, era un concepto tan novedoso que recurrió a accesorios no electrónicos como tarjetas de juego, fichas de plástico, marcadores y una hoja de pegatinas. Sobre el equipo, se puede señalar que se podían insertar tarjetas de juego separadas en la consola, pero todas consistían en solo dos rectángulos blancos, llamados “paletas”, que los jugadores controlaban.

En la fase inicial de distribución, Norteamérica fue la locación afortunada que gozó de las primeras ventas de esta consola; no obstante, durante las primeras semanas en el mercado no tuvo un gran éxito, ya que el boom del momento eran las computadoras y todas las novedades que ofrecía. En comparación con el Atari 2600, la Odyssey no presentaba una amplia colección de juegos, tanto así que varias de sus entregas eran prácticamente iguales, pues los cambios en gráficos y jugabilidad eran mínimos.

El principal juego disponible era Pong, con el cual ofertaban el equipo en los 70, y que se centraba en un juego lineal para pasar una esfera pequeña de lado en lado, como el deporte ping-pong. Posteriormente, llegaron otros títulos con mayor reconocimiento, como Space Invaders, Asteroids y el popular Pac-Man; pero, a pesar de estas inclusiones, ya habían otras consolas con mejor recepción. El Magnavox Odyssey se presentó con el siguiente tráiler para los televisores a color:

¿Quién fue el principal encargado de su creación?

La primera Magnavox Odyssey fue inventada por Ralph Baer, un ilustre ingeniero alemán considerado por muchos como el padre de los videojuegos, puesto que dedicó gran parte de su vida al desarrollo de equipos y accesorios necesarios para fabricación de consolas gamer.

Luego de migrar con su familia a Estados Unidos en 1938, Baer comenzó en esta industria de una manera muy peculiar, ya que a mediados de los 40 vio el anuncio de un trabajo relacionado al “mundo electrónico” en una parada de autobús, lo cual, sin saberlo, luego le cambiaría la vida. La propuesta en el afiche mencionaba que los interesados tendrían la opción de estudiar la construcción de electrónicos, para luego trabajar en pequeños negocios de informática de la zona.

Durante la creación del Odyssey, Baer trabajaba para Sanders Associates Inc., que otorgó la licencia del sistema de juego a su invención, y tenía varias ofertas para trabajar en compañías mejor posicionadas. Con todo a su favor, Baer declinó en otras propuestas y apostó por lo que sería su hijo favorito, como le decía de broma al trabajo más importante de su carrera.

Foto: Web Ralph H. Baer

Crisis de 1983: cuando los videojuegos casi desaparecen de la historia

En los primeros años de los 80 salieron al mercado los primeros ordenadores personales, que, dentro de sus ventajas, presentaban mejores gráficos, una mayor calidad de sonido, y la oportunidad de copiar juegos fácil y gratuitamente.

Fue entonces en 1983 que la última base que sostenía esta aventura se derrumbó, pues Atari fue, en principio, alertada por no patentar el diseño de sus juegos y plataforma, lo cual luego fue aprovechado por otras empresas para poder emular con total libertad los juegos de la consola americana en sus propios sistemas, e incluso, llegar a clonar de manera descaradas varios de los títulos ya existentes.

Todo estaba consumado. Parecía que la única solución era que la compañía fundada por Nolan Bushnell innove en sus planes, o que alguna empresa del extranjero apueste por desarrollar una videoconsola a la altura o mejor que el Atari. Este lapso de espera duró aproximadamente dos años y generaba el presentimiento de que los videojuegos llegarían a su etapa final para desaparecer dentro de poco. Para alegría de todos, hubo una luz de esperanza en 1985, cuando Nintendo anunció desde Japón el lanzamiento de su nuevo Nintendo Entertainment System, mejor conocido como NES.

La decadencia de SEGA, la rival de Nintendo que todavía sigue dependiendo de Sonic

Hubieron algunos episodios que sembraron el inicio de un caos para la multinacional de Sonic, entre ellos, el abandono en 1991 del Sega CD, un complemento relativamente popular para Genesis, que permitió el lanzamiento de la Nintendo 64 con el uso exclusivo de cartuchos.

Esto se tomó más que todo como un capricho para no tener nada que ver con Nintendo y seguir innovando en nuevas formas de desarrollar los videojuegos, por lo que abandonaron por completo el soporte para discos y anunciaron la Sega 32X, un nuevo equipo que ocasionó un contraste de ideas entre las sedes americana y japonesa de SEGA. Sin llegar a un acuerdo conciso para la distribución de títulos, el PlayStation 1 y la 64 siguieron ascendiendo por su cuenta, para medirse posteriormente con Microsoft y el lanzamiento de su primera Xbox.

No contento con esto, la ambición de SEGA fue más allá en las consolas de segunda generación, por lo que no cruzó los brazos ante esta situación, anunciando así en 1995 el lanzamiento de SEGA Saturn, el cual, sin dudas, fue el peor estreno de una consola de todos los tiempos. Esta mala reputación se debió a que los desarrolladores no pudieron terminar sus juegos a tiempo para la fecha establecida para la venta inicial, provocando que miles de clientes se harten y vean al Saturn como otra posible estafa al igual que la decepcionante 32X.

Y eso no era todo, pues, con tal descaro que tienen pocas empresas, los ejecutivos decidieron vender la Saturn a 400 dólares, 100 más que la PlayStation, teniendo una colección de juegos muy inferior. Tal fue el empeño y la apuesta por esta consola que se dedicaron a desarrollar más y más títulos, pero hicieron caso omiso a los proyectos que tenían sus contrincantes, lo cual los perjudicaría posteriormente.

El punto de inflexión que marcaría la sentencia de SEGA se dio con el Dreamcast, ya que, debido a lo explicado, el entusiasmo por una nueva consola de parte de la multinacional era casi nulo. El daño ya estaba hecho, pues, a pesar de que este nuevo equipo era un boom para la época y tendría funciones que se verían en posteriores ediciones de Xbox, ya no eran rival ni para la PlayStation 2 y el Gamecube.

A inicios de 2001, se anunció que Dreamcast dejaría de fabricarse, abandonando el desarrollo de consolas de videojuegos y, además, informando que sus más conocidos juegos y personajes continuarán su rico legado en los otros sistemas de la competencia.