De acuerdo con una publicación viral, “el Foro Económico Mundial sugiere que hay razones ‘racionales’” para implantar “un microchip” a los niños. El texto difundido en Facebook remite a un artículo publicado por el Foro de Davos sobre las tecnologías implantables.
Sin embargo, esto es engañoso. El post, en efecto, recoge afirmaciones presentadas en el artículo en favor de estas tecnologías, pero omite las cuestiones éticas que la misma autora plantea en torno a su uso. Es decir, contiene información fuera de contexto.
Publicación viral sacó de contexto un artículo del Foro Económico Mundial. Foto: captura de Facebook
El posteo viral —compartido más de 130 veces desde el último 25 de agosto— presenta una captura de pantalla de la web The Daily Fetched con el siguiente titular: “El Foro Económico Mundial sugiere que hay razones ‘racionales’ para colocarle un microchip a su hijo”. La nota contiene una foto de Klaus Schwab, fundador del Foro de Davos.
Asimismo, la descripción refiere que un artículo publicado en la web del FEM “defiende las tecnologías de implantes” y que argumentaría “que existen razones ‘sólidas y racionales’” para implementar microchips en los niños “con rastreadores de ubicación”. Luego, describe diversas afirmaciones de la autora del texto, Kathleen Philips, en torno a las tecnologías implantables como una nueva “mercancía”.
El texto al que hace alusión el viral fue publicado en el blog del Foro Económico Mundial el 16 de agosto de 2022. Se trata de un artículo de opinión titulado ”La tecnología aumentada puede cambiar la forma en que vivimos, pero solo con el apoyo y la visión adecuados” (traducción de Google).
En este, la PhD en Ingeniería Eléctrica Kathleen Philips aborda las tecnologías de realidad aumentada, usualmente utilizadas como ayuda para “restaurar una función perdida o deteriorada”, como en los anteojos, implantes cocleares o prótesis.
No obstante, la autora plantea los beneficios de la tecnología de aumento en personas sanas. Philips manifiesta diversas posibilidades: “gafas nocturnas, exoesqueletos e interfaces cerebro-computadora”, así como auriculares especiales o guías visuales y de audio para niños con déficit de atención.
Con respecto a las tecnologías implantables, la autora sí sostiene que “se convertirán en una mercancía”. Entre ellas, menciona los implantes cerebrales, los cuales “nos permiten acceder directamente al ‘sistema operativo’ del cuerpo”.
Sin embargo, Philips precisa que la mayoría de sus aplicaciones “permanecerán basadas en la necesidad médica en lugar de una herramienta de lectura de la mente”.
Pero ¿en verdad sugiere “implementar microchips en niños”? En un párrafo sobre los límites éticos de las tecnologías implantables, la autora señala lo siguiente: “Por ejemplo, ¿deberías implantarle un chip de seguimiento a tu hijo? Hay razones sólidas y racionales para ello, como la seguridad. ¿Realmente lo harías? ¿Es un puente demasiado lejos?”.
En efecto, Philips indica que hay “razones sólidas y racionales”, como la seguridad, para que los padres conozcan la localización de un menor mediante implantes. Pero también pregunta si esa aplicación no va ya “demasiado lejos”.
Sin contexto adicional, puede entenderse que el artículo sugiere “colocarle microchips a los niños”, cuando trata más bien de las cuestiones éticas, tomando ese caso puntual como ejemplo.
La misma autora inicia las cuestiones éticas párrafos antes: “¿andarías con un chip en la cabeza?”. También se pregunta si, como sociedad, se desea cambiar o aceptar “las limitaciones humanas asociadas con el aprendizaje o el envejecimiento”.
La publicación viralizada omite colocar estos planteamientos éticos a fin de tergiversar el debate planteado. Por su parte, Philips profundiza en la importancia del “asesoramiento ético adecuado y el marco legal”.
Además, propone que las instituciones generales o independientes deben guiar a quienes tomen las decisiones en torno a las políticas “sobre lo que se debe y no se debe hacer y ayudar a construir el marco ético sobre los aspectos sociales de la tecnología de realidad aumentada”.
Cabe comentar que sí es cierto que el artículo argumenta en favor de las tecnologías implantables, en comparación con la cantidad de fármacos que actualmente se consumen y que pueden tener efectos a largo plazo. A diferencia de las drogas, sostiene el texto, los efectos de la medicina bioelectrónica se pueden detener “con solo pulsar un interruptor”.
Finalmente, en otras oportunidades, este medio ha verificado diversos casos de desinformación en torno al Foro Económico Mundial (1, 2, 3) o a su presidente ejecutivo, Klaus Schwab (1, 2, 3).
La publicación que cita un artículo publicado por el Foro Económico Mundial sobre tecnologías implantables en el cerebro fue sacado de contexto. El texto aborda las tecnologías implantables y sus límites éticos. En ese marco, plantea como ejemplo el dilema de si los padres deberían colocar un chip de seguimiento a sus hijos por motivos de seguridad.
Sin embargo, este planteamiento se realiza como parte de un debate mayor sobre los límites éticos de las tecnologías implantables. Por lo tanto, calificamos esta publicación como engañosa.
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